Como lunares en un bello rostro

Poco o nada se sabe de las primeras damas que participaron del jolgorio dictatorial o democrático. De ellas que gozaron de privilegios, de prebendas y adulaciones. Al extremo que algunas se tomaban la libertad de sugerir decisiones políticas. Lo cierto es que pasaron, en su mayoría, inadvertidas ante la historia y los hombres.

Pocas destacaron por su belleza, por su inteligencia, por su profesión y la vocación de servicio a los más vulnerables. Con estas últimas acciones dejaron como legado a la posteridad valiosas enseñanzas de solidaridad, enriqueciendo las páginas de la historia política, regional y mundial.

En la década del 60, del siglo pasado, fue una fotógrafa la esposa del presidente de la primera potencia del planeta.

“Jacqueline, que antes de casarse con Kennedy fue fotógrafa del diario Washington Times-Herald, de la capital norteamericana” (1), cuenta la historia.

Con el tiempo resultó una de las mujeres más famosas del mundo, considerada como la reina de Camelot. Fue ovacionada por multitudes.

Una mujer no solamente hermosa sino inteligente. Finísima en su modo de relacionarse con la gente y editora de libros. Fue adorada, criticada y envidiada. Su nombre fue Jacqueline Bouvier Kennedy.

En nuestro país, fue una ex Miss Bolivia la primera dama, en el pasado reciente. Con licenciatura en Psicología, de la Universidad Católica de La Paz.

“Una mujer que se destaca por su trato delicado y suave voz, así como también por su sencillez y simpatía” (2), dirán de ella. Se trataba, ni duda cabe, de Ximena Iturralde de Sánchez.

Mujeres que asumieron sus roles con distintos estilos de vida. Con ideales que divergían, obviamente. La primera provenía del mundo desarrollado. Y la segunda de un país en vías de desarrollo. Conocían la realidad de sus regiones. Asimismo la idiosincrasia, el alma y las necesidades, de sus pueblos. Jamás actuaron al margen de las aspiraciones populares de lograr mejores días.

Trataron de encarar soluciones, en el marco de sus posibilidades, ante las apremiantes exigencias, emergentes de sus tiempos. Inclusive en épocas de “vacas flacas”.

Mujer, y digamos finalmente a guisa de reflexión, que en nuestro medio, particularmente, continúa discriminada, acosada por intereses machistas. Es hasta asesinada por mentes vesánicas y tenebrosas.

En suma: como lunares, en un bello rostro, han sobresalido algunas primeras damas de Estado.

(1).- “Visión”, La Revista Interamericana, Vol. 46, No. 10, 1 de mayo 1976, pág. 24.

(2).- EL DIARIO, La Paz – Bolivia, 6 de julio de 1989.