Son recurrentes los “concursos de cohetería” en La Paz. Se dan a cualquier hora del día o la noche. El estruendo que provocan, así sea mínimamente, intranquiliza a pobladores de esta urbe, quienes salen a la calle, o miran por las ventanas o balcones lo qué está sucediendo y se topan con que generalmente son marchas de protesta o apoyo, que persiguen tal o cual finalidad, durante el día. Al igual que cuando se da el paso de fraternidades de morenada, u otras manifestaciones del acervo folklórico, o en último caso porque celebran la victoria de algún equipo de fútbol, incluso si alguien cumple años, tiene una fiesta particular, o simplemente está de farra, dado que tiene visitas en la casa y pareciera buscar que la mayor parte de la gente se entere, algo así como “pavonearse”. En fin, por lo que fuere, se recurre a petardos, cohetillos y otros elementos pirotécnicos, que hasta asustan a alguna gente sensible.
Pero lo más llamativo resulta ser que, si se producen en las horas matinales o de la tarde, casi siempre son las partidas de decenas o cientos de personas, y a veces millares, que apoyan o rechazan tal o cual cosa, o revelan su preferencia por tendencias o grupos políticos. Y pertrechados con cajas de ese material explosivo, se dan a la tarea de hacerlo detonar durante su trayecto, el cual muchas veces puede comenzar como “caminatas” desde El Alto, o cualquier barrio capitalino alejado, dirigiéndose hacia los “blancos” elegidos con antelación, tales como la alcaldía, sub alcaldías, ministerios de Educación, Salud, y otros.
En cuanto a las fraternidades de morenada y otras danzas, pasa lo mismo, y se puede aseverar que sin esos artefactos ruidosos de por medio, dejaría de ser una “entrada” con paso y garbo triunfal, así cuenten con dos o tres “poderosas” bandas de música compuestas por decenas de integrantes que hacen retumbar hasta el suelo.
Que se sepa, hasta hoy, pese a esa parafernalia empleada, la mayor parte no logra cumplir con su objetivo, que es “hacerse escuchar, sentir, y ser atendido” en sus demandas y exigencias, causando únicamente intranquilidad y molestia en la colectividad paceña. No dejan de ser algo así como “concursos de cohetería” en los que no se gana “premio”. Por el contrario, solo reciben el reproche ciudadano; por lo cual esa “táctica” inventada hace décadas ya tendría que ser objeto de un cambio, acorde a los tiempos actuales, aunque aún no ha surgido, al parecer, el ingenioso que pueda lograrlo.
Moraleja: recuerde que hace décadas, con tal o cual objetivo, el ayuno voluntario, las huelgas de hambre, hasta cambiaban gobiernos, y hoy pareciera que hasta de nada vale que las anuncien, afirmando que “será hasta las últimas consecuencias”. En realidad ya se desvalorizaron, y lo propio sucede con estos “concursos de cohetería” que solo castigan a quienes nada tienen que ver con el conflicto, demanda o exigencia, de los bandos en pugna.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |