Informalidad y autoempleo, retos en la región

Si bien la región andina tuvo su momento de crecimiento por el auge de los precios de las materias primas en el mercado internacional, la situación cambió y ahora toca hacer cambios en sus políticas económicas y sociales, con el objetivo de revertir la informalidad y el autoempleo, pero de la mano del sector empresarial.

Lo anterior es la recomendación formulada del trabajo realizado por Marta Ruíz Arranz y María Cecilia Deza del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Creciendo con Productividad: Una agenda para la región Andina.

El documento afirma que las condiciones internacionales favorables llevaron a los países de la región y productores de materias primas a crecimientos acelerados desde la segunda mitad de la década de 2000.

INVERSIÓN

Sin embargo, el crecimiento no fue sostenible en la medida en que no se lograron sobre la base de un aumento de la productividad, y es por ello el reto de la región andina está en mejorar este indicador e impulsar la inversión, que se vuelve crucial.

Bolivia recibió ingentes recursos debido a los precios, pero no logró consolidar ganancias de productividad, en todos los sectores. El economista Ernesto Bernal afirmó que el centro minero Huanuni creció gracias a las altas cotizaciones de los minerales, y una vez terminado el ciclo enfrenta problemas sociales por el número de trabajadores y la baja productividad.

Al respecto, el presidente de la Cámara Departamental de Industrias de La Paz (Cadinpaz), Ibo Blazicevic, señaló que al presente en el país no existen condiciones para atraer inversiones privadas a objeto de generar empleo. Cuestionó el anuncio presidencial sobre la jubilación obligatoria.

Respecto al mismo tema, el economista Alberto Bonadona opinó que ese anuncio obedece a que no se crearon las condiciones para que las empresas privadas aterricen en el país, para generar fuentes de trabajo.

EXPLICACIONES

El documento del BID señaló algunas causas que provocaron las bajas tasas de productividad, como el enanismo empresarial y asignación subóptima de los recursos de la producción; también la informalidad y el autoempleo.

Los empresarios se olvidaron de la productividad, y se dedicaron a expandir sus operaciones sin mejorar los procesos. Pero eso no es todo, según las autores, la presión tributaria agudiza el problema de la baja productividad en la región andina y perpetúan un entorno económico que se caracteriza por la informalidad laboral extendida, la abundancia de micro y pequeñas empresas poco productivas, la baja inversión privada y la escasa inversión extranjera directa (IED), el reducido contenido tecnológico de la inversión y el insuficiente gasto privado en investigación y desarrollo.