Vecinos del barrio Taquiña de la ciudad de Cochabamba duermen con un solo ojo, debido a que están pendientes de que no haya lluvias intensas, lo que podría provocar nuevamente se active el río de la cuenca alta y en consecuencia una riada, quizás, como en febrero del año pasado que dejó un saldo de cinco muertos y más de 70 damnificados.
Pese a esa delicada situación, los vecinos, excepto del barrio Molle Molle, decidieron reconstruir sus casas en la mayoría de los casos y otros pusieron a la venta, en un panorama nada favorable, según una inspección que se realizó junto a Solidar Suiza-AOS.
EN EL LECHO DEL RIO
Se puede evidenciar que las construcciones en la zona fueron elevadas en el lecho del rio, debido a que esta cuenca es un tanto curiosa, ya que su caída o arrastre de sedimentos las, expulsa en forma de abanico por la elevada de las montañas y toma fuerza rio abajo y que llegado el momento arrastra lo que encuentra a su paso con lodo, agua, arrastre de piedras gigantes, grava, arena y aunque los ingenieros deseen canalizarlo o embovedarlo, ninguno podría garantizar que no ocurra otra desgracia a futuro.
En ese sector como abanico es donde los vecinos compraron terrenos y construyeron sus viviendas sin tomar en cuenta el desastre y la riada con sedimentos. Algo más grave las construcciones de las viviendas están por debajo de la altura del río, ya que existe una pendiente producto de las constantes riadas que seguramente en el pasado sucedieron.
Los antecedentes de desastre del rio no es de ahora, sino desde hace años, pero que jamás fueron tomados en cuenta al momento de adquirir un terreno o construir sus casas.
Los vecinos buscan responsables en el municipio, la gobernación y el mismo Estado para que puedan resarcirles los montos invertidos en las construcciones, sin embargo, no hay respuesta alguna, ya que no están en la capacidad de erogar tanto dinero y que llegado el momento no es responsabilidad de estas entidades y menos de otras que colaboraron en el encauce del rio. Por el contrario, son hechos fortuitos de la naturaleza y que nadie puede garantizar que no vuelva a ocurrir otra riada.
El rio de la cuenca Tiquipaya de Cochabamba seguirá su curso en el futuro, pese a los defensivos que le pongan y tratar de evitar los desastres que ya provocó en los asentamientos que efectuaron varios propietarios que por alguna razón o muchas adquirió terrenos en el lecho del río y viven en la zozobra, ya que el peligro y riesgo no fue despejado y sigue activo, por lo que se pudo observar.
“Nunca vayas en contra de la naturaleza” es la frase que se puede aplicar a la situación que pasan los vecinos colindantes al rio Taquiña, viven en la incertidumbre y que muy probable nuevamente se active el río desde la zona alta cuando llueva.
El río silencioso y que cuando llueve se vuelve terrorífico, generando una fuerte riada y un desborde de agua, piedras, sedimentos, con graves consecuencias, pues en este año ya dejó en su camino 5 muertos y más de 70 damnificados. El hecho marco duras huellas entre los habitantes, aunque lo irónico es que tan solo dos familias aceptaron ser relocalizadas y el resto reconstruyen sus casas…pese a que el peligro está en su vista.
TRABAJOS
En este momento, efectivamente se ensancha el río con tractores ante el manso y engañoso rio, que de repente se ha convertido en el fantasma de los vecinos y autoridades que buscan soluciones pero que no la encuentran y las autoridades no garantizan una solución definitiva y por el momento son tan solo medidas parciales.
Ningunas de las autoridades se anima a afirmar que el tema de la cuenca no tiene solución y que los propietarios deberían migrar a otras zonas (se dijo). Aspecto que fue rechazado por la mayoría de los vecinos y que al final existe un documento consensuado con el municipio y en letra pequeña dice, en caso de ocurrir un nuevo desastre en el sector será de responsabilidad de los mismos vecinos y esta es una de las razones, posiblemente por las que los vecinos reconstruyen sus casas en el playón de La Taquiña.
El subalcalde del Distrito 5, Gustavo Vargas no pudo justificar la insistente estadía de los vecinos y menos pronosticar el futuro, ya que la naturaleza no muestra señales positivas.
La riada podría nuevamente suceder en cualquier momento y nada fácil prever. La autoridad se limitó a explicar de las previsiones que asumen a la fecha, pero que las mismas no garantizan que no haya un otro desastre a futuro y menos evitarla, porque no sabe cómo viene o por donde y hasta donde llegará, por cuanto los mismos encargados viven en la duda al igual que los vecinos, que intentan sostener sus viviendas y recuperar el valor de su inversión, pero que como van las cosas, advierten que ya no es normal vivir en el sector.
Isaura Cruz, dirigente del barrio de Molle Molle, afirmó que su sector está de acuerdo en ser trasladados a otro sector, pero que el resto y que la mayoría se resisten “por ello comenzaron a reconstruir sus viviendas” como desafiando al rio y que llegado el momento se vuelve monstruoso y aparenta ser es un simple riachuelo inofensivo.
Otros vecinos se quejan de que las autoridades no hacen nada y que no dan soluciones y que no duermen cuando llueve, ya que están pendientes de una nueva riada y cuando se le pregunta del ¿por qué no se van de la zona? La respuesta es más económica que conservar su vida “alguien tiene que devolverme mi inversión de mi casa o caso contrario no me voy” afirman.
Y cuando se cuestiona del por qué construyeron en el lecho del rio y que estaba prohibido “así nos vendieron” y responsabilizan a gestiones anteriores del municipio, gobierno, colaboración externa e incluso a los loteadores. En el fondo y la realidad, los vecinos siguen exponiéndose a un nuevo desastre que puede ocurrir otra vez en cualquier momento.
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