PSICOLOGÍA
Cada vez son más los adolescentes que se inician en el consumo de drogas lícitas e ilícitas a temprana edad, algunos lo hacen antes de los 11 años y otros por encima de los 13. Las causas son diversas, entre ellas: biológicas, psicológicas, sociales y espirituales.
Al respecto conversamos con la psicóloga y terapeuta Mónica Saavedra, quien lleva más de quince años en el tratamiento de adolescentes, jóvenes y adultos que por diversas razones se convirtieron en consumidores de drogas legales como el alcohol y cigarrillo, y otras no legales como la mariguana y cocaína u otras sustancias.
“La dependencia debe verse como una enfermedad similar a la diabetes que es crónica, progresiva y que puede llevar a la muerte. Se debe distinguir del uso ocasional o experimental para conocer la droga, a diferencia del abuso que afecta los roles que tiene la persona en su vida: social, laboral y académica”, explica Saavedra.
La persona que consume drogas se torna agresiva y puede llegar a lastimar a alguien de su familia (social), deja de asistir a su trabajo (laboral) y no pasa clases con la consiguiente pérdida del año (académica). Lo que se constituye en un indicador de un paso invisible que separa el abuso de la dependencia.
“Dicha dependencia causa una obsesión mental. Al paciente solo le interesa consumir porque piensa que es una necesidad para poder vivir. Esta idea llega a asignarle tal poder que es determinante para su vida. Y hace todo para conseguirla desde vender un objeto suyo e incluso su misma humanidad”, afirma la terapeuta.
CAUSAS
Existen muchas causas por las cuales un adolescente se inicia en el consumo de sustancias lícitas e ilícitas, como ser las biológicas, psicológicas, sociales.
y espirituales, entre las principales.
Factor biológico.- Varios estudios al respecto respaldan la causa de la existencia de una predisposición biológica y genética en algunos casos al consumo de drogas, ya sea porque es tiene algún familiar que haya consumido algún tipo de droga en forma continua.
Factor psicológico.- Existen componentes que diferencian el uno del otro, en particular en aquellas personas que tienen dificultades para asumir sus responsabilidades o tienen una baja tolerancia a la frustración.
El adolescente es introducido en el consumo de droga cuando se siente mal frente a una realidad frustrante y que no puede tolerar, le ofrecen la droga como una alternativa para relajarse y olvidar todo aquello que lo atormenta. La persona desde ese momento lo toma como una herramienta de escape de su realidad.
Factor social.- Estas personas en principio pueden ceder a una presión social que les dice que no tiene nada de malo el probarlo y su disponibilidad está a la mano en el caso del alcohol y cigarrillo, ni qué decir de la marihuana, cocaína entre otras sustancias que las expenden cerca de los centros educativos.
Factor espiritual.- En este aspecto se hace hincapié en los objetivos de vida que tiene la persona, pues si carece de ellos no llega a darle un verdadero sentido a su existencia y vive por vivir, sin mayor preocupación.
“El adolescente muchas veces no tienen un norte definido hasta que llegan a su edad adulta. Entonces viven el momento sin medir las consecuencias, prueban la droga su efecto hace que se sienta muy bien, pero nunca evalúa el costo que tiene dicha conducta ahora y, más aún, en el futuro”, enfatiza la terapeuta.
El adolescente piensa erróneamente que puede parar su consumo cuando él lo quiera y así van transcurriendo los años hasta que llega a tener 25 años, si es que antes no ha muerto intoxicado, en un accidente de automóvil, atropellado o por peleas, pues ya no tiene control de sí mismo.
TRATAMIENTO
La rehabilitación del adolescente consumidor es distinto para los que son dependientes del alcohol o cigarrillo, que a los de marihuana, cocaína, pasta base, entre otros.
1.- El primer paso es aceptar que se tiene un problema serio.
2.- Internarse en un centro especializado para tratar el problema.
3.- El proceso de desintoxicación.
4.- Recibir terapia individual y grupal.
5.- Mantenerse sobrio o limpio dependiendo de cada caso.
6.- Hacer seguimiento a los pacientes que son dados de alta.
7.- Prevenir una eventual recaída.
RECOMENDACIONES
Existe una frase que es utilizada por la terapeuta que dice a la letra: “La prevención no consiste en lamentarse por lo ocurrido, sino en evitar lo que podría ocurrir”, en este sentido la especialista afirma que es importante trabajar en las relacionales interpersonales que se tengan con los hijos.
Preste atención al entorno de su hijo: comportamiento, amistades y actividades que realice. Esté atento a indicios del uso de drogas.
El adolescente niega el consumo de alguna droga. Si lo encuentra bajo su efecto espere hasta que esté sobrio para conversar al respecto, con calma y paciencia.
Si su hijo consume drogas no se culpe ni tampoco le haga reproches (es contraproducente) ni espere que el problema se solucione solo. Lleve a su hijo a consulta médica especializada y si no quiere ir, vaya usted a solicitar asesoramiento profesional.
No se engañe pensando que esto se soluciona hablando. Muchas veces el adolescente promete no consumir y lo hace a escondidas, porque no sabe cómo manejarlo. En todos los casos es necesario ir a consulta y que sea el especialista quien determine los pasos a seguir.
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