El fiasco de un dictador

Las manifestaciones de 23 de enero de 2019 en Caracas - Venezuela fueron superiores a las fuerzas planteadas por el líder Nicolás Maduro, quien no es un presidente democráticamente legitimado. Entonces, queda claro que es difícil reconocer a Nicolás Maduro como presidente, porque hubo muchas violaciones a los derechos de votación.

LOS MALOS DIRIGENTES

Es necesario que Maduro abandone el poder. En forma clara y contundente, la inmensa mayoría de los venezolanos y la comunidad internacional, en fecha 15 de enero de 2019, rechazaron su ilegítima como ilegal “juramentación”. Eso dice muchos de su plan, su gestión política y del horizonte del país que aún finge dirigir.

Consiguientemente, el líder venezolano no alcanzó a comprender que no se puede participar en una elección al margen de la ley. Que la ley es una buena vara para medir las auténticas lealtades: la mejor que existe. En Bolivia, por ejemplo, ¿qué establece el Art. 168 de la Constitución?... su contenido debía ser el fundamento, la base de LEGITIMIDAD de la Sentencia del Tribunal Constitucional. Aplicar y cumplir con la ley es un buen liderazgo y no una ambición personal cualquiera que deja mal ubicados a los gobernantes de turno. Peor aún, no se advierte -en los malos dirigentes- la capacidad de simpatizar con los rivales políticos, para cumplir una gestión mayoritaria e IMPARCIAL. Entonces, tiene que haber para los tiempos turbulentos líderes -como Jair Bolsonaro, digno presidente del Brasil- leales a la Constitución, que es el freno para los malos políticos.

LEGITIMACIÓN

DEMOCRÁTICA

La Asamblea Nacional (elegida por el pueblo) sigue escrupulosamente los principios y procedimientos necesarios para una legitimación democrática de Juan Guaidó, presidente interino del país. Así, el objetivo es que la democracia vuelva a Venezuela, con justicia y lo que es mejor, con respeto al Estado de derecho. Después de EEUU y los principales países de Latinoamérica, la Unión Europea tiene también una postura única y coherente.

Los muertos y heridos de la jornada de 23 de enero de 2019 desaparecerán del horizonte sin Nicolás Maduro. El soldado venezolano no participará en reprimir a su pueblo, al respecto la advertencia es grave y rápida. En este sentido, fue emocionante encontrar a militares y familiares en la marcha del miércoles 23 de enero, en la Plaza Juan Pablo II de Chacao. Por lo mismo, ahora nadie permanece indiferente, todos se alinea a las decisiones tomadas para un proceso político pacífico y nuevas elecciones democráticas, en la fraterna Venezuela, calificada como bella y grandiosa, desde prácticamente todos los puntos de vista.