El único vocal “disidente” que queda en el Tribunal Supremo Electoral (TSE), Antonio Costas, ayer reiteró su decisión de permanecer en el ente colegiado y no renunciar aunque admitió que el trabajo en la entidad es bajo “mucha presión”, tomando en cuenta la realización de las elecciones primarias, a la que calificó como una actividad “apresurada”.
La polémica sobre la suerte del ente colegiado surgió después de la tercera renuncia al TSE con el alejamiento de Dunia Sandoval, quien envió una carta a la Vicepresidencia comunicando su dimisión de forma irrevocable.
“Hemos estado trabajando con muchísima presión y el resultado del domingo es una demostración de que no manipulamos los datos, reflejamos la votación”, dijo Costas, en una entrevista en una televisora de alcance nacional.
Un día antes, Dunia Sandoval presentó su renuncia irrevocable como vocal del TSE y entre los motivos de su alejamiento reveló “aislamiento laboral que le impidió la toma de decisiones”.