Relaciones internacionales y práctica del sentido común

Entender la profundidad de las relaciones entre personas y entre instituciones es, prácticamente, un arte, una condición en que se hacen práctica los sentidos, la inteligencia, la vocación por el bien común y, sobre todo, el entendimiento de que todos somos parte sustantiva de la humanidad y que ésta precisa, para vivir en armonía y concordancia de actos e intenciones, de respeto y consideración por los derechos de los demás.

Este es, más o menos, el sentido de la obra del Dr. Edgar Camacho Omiste, personaje y profesional de grandes cualidades que ha vivido y se ha superado para entender plenamente lo que el país necesita, lo que lo hará importante y considerado en el contexto internacional; se trata de un profesional de las relaciones internacionales o, más propiamente de lo que da sentido a comportamientos acordes con la necesidad de que haya un nexo común de entendimiento entre personas y países, entre organismos internacionales, entre políticas y acciones tendientes a conseguir, con inteligencia y sagacidad, lo que una y lo que, muchas veces, debemos desechar porque aisla del común de las gentes y de las naciones. Esta segunda edición (la primera fue el año 2017) del Dr. Camacho Omiste luego de que su esposa, Georgette Canedo de Camacho y sus hijos, la completaron en base a notas, agregados y nuevos estudios del mismo autor hasta días antes de su muerte.

El Dr. Camacho, consciente de la importancia de las relaciones internacionales, escribió su libro: “Sentido común en las relaciones internacionales” que fue presentado por su esposa e hijos hace pocas semanas. Esta obra muestra la necesidad de mostrar valores y aplicar este pensamiento que se hace necesario para entender materia tan importante como es el Derecho Internacional porque el sentido común es, en el buen sentido, el entendimiento o razón para discernir los hechos; es la inteligencia y conocimiento con que se ejecutan las relaciones internacionales para darles razón, significación y finalidad cabal a lo que se hace y propone, es, en suma, juzgar inteligentemente, aguzando los sentidos, para conseguir propósitos realistas y constructivos en aras de las relaciones entre países y, de éstos con organismos internacionales e instituciones que tengan por objeto buscar la unidad, la comprensión y la realización de proyectos.

Estudiar cada una de las partes del libro muestra que Edgar Camacho tenía en su vida, su profesión y su vocación la urgencia de conseguir estados de integración entre los pueblos de un mismo país y, mucho más entre todas las acciones, porque la integración es medio para alcanzar la plenitud de vida de los pueblos a través del desarrollo y el crecimiento para derrotar a la pobreza. Los once estudios dignos de ser leídos y estudiados por quienes buscan entender el Derecho Internacional, su significado, sentido de unidad y entendimiento y enseñanza para alcanzar éxitos en las propuestas que pudiesen surgir.

En la parte 10 de estas lecciones de derecho internacional, el Dr. Camacho Omiste plantea, claramente, cuáles deben ser las políticas del país sobre su futuro y, muy especialmente, para encarar el problema marítimo. Esta lección muestra: “Una estrategia para Bolivia” y se refiere al Derecho y la justicia internacional; abarca diversos títulos que hacen, conjuntamente, un manual perfecto de derecho internacional que nuestro país debería cumplir. Este libro podría ser un instrumento de estudio y especialización para estudiantes, abogados y para quienes creen tener la condición de “especialistas en derecho internacional”.

Finaliza con lo siguiente: “Toca a las nuevas generaciones de todas las nacionalidades construir conjuntamente la paz, la cooperación y las rutas que permitan a los pueblos dar solución a problemas que para muchas sociedades, incluso más avanzadas, significaron sufrimiento y la vida de seres humanos. Por tanto, en la construcción de un mejor futuro, las nuevas generaciones deberán orientarse por las experiencias de quienes les precedieron, las enseñanzas del pasado y, en general, por las posibilidades reales del presente”.

En la lección 11, señala conceptos claros sobre el bien común y su aplicación en el derecho internacional con miras a que los trámites, convenios, tratados y negociaciones tengan solidez y efectividad para la vida de los pueblos. Como corolario de su obra, dice: “El sentido común está muy cerca de la concepción de que cada realidad debe ser captada como un todo distinto de las partes que lo componen. Por ello, el sentido común se basa en la integración total de una situación o concepto, pues el todo es siempre mayor que la suma de las partes e, inclusive, que la interdependencia entre éstas”.

Camacho Omiste ha entregado, con esta edición, un manual o, mejor, un compendio de acciones prácticas y efectivas del derecho internacional y, en el caso nuestro de integración marítima que deseamos todos los bolivianos, un instrumento de acciones que deberían adoptarse en planos de paz y concordia entre todos y con quienes tengan que ver con el problema.