No puede menos que calificarse como catastrófica la caída de la producción de café, desde hace más de 25 años en el país. En efecto, en los años 90 la producción nacional de ese grano fue de 150 mil sacos, mientras el año pasado solo alcanzó a 30 mil sacos, lo cual significa un bajón considerable, con el agravante de que las áreas donde se cultivaba esa plata fueron sustituidas por cultivos de coca, en especial en las provincias de Nor y Sur Yungas de La Paz.
Esa gravísima información fue proporcionada a tiempo de que el gobierno informó que recién pondrá en aplicación un decreto de mayo del año pasado para la creación de un Centro de Innovación de Café, en el que se invertirá algo más de 182 millones de bolivianos, que le serán transferidos por el Tesoro General de la Nación. Por ese proyecto, que durará cinco años, se espera mejorar la producción de café de 30 mil sacos en la cosecha 2017-2018, a por lo menos 70 mil sacos en relación con la cosecha 2016- 2017, etapa en que la producción de este grano cayó a la mitad.
La producción cafetalera de Bolivia ha ido descendiendo de manera vertical en los últimos años, pese a que los mercados internacionales registraron cotizaciones favorables, excepto algunas temporadas. Las áreas cultivadas de café se redujeron a menos de un cuarto en los yungas de La Paz y Cochabamba (Chapare) y solo tuvieron alguna recuperación en Caranavi, donde, sin embargo, las plantaciones sufrieron graves consecuencias por problemas climáticos, enfermedades vegetales y otros.
Lo más notable de este asunto es que amplios espacios, antes cultivados con frutales, tabaco, hualusa, maíz, etc. fueron erradicados y sustituidos por cultivos de coca, al extremo que esas regiones ahora consumen principalmente productos importados o que llegan por contrabando de países vecinos. Es sorprendente que, por otro lado, la producción de fruta en los yungas está desapareciendo, por la competencia de productos extranjeros que recibe el país, gracias al libre comercio e importaciones legales e ilegales.
En varias oportunidades el gobierno otorgó a los productores cafetaleros algunos apoyos económicos, pero éstos en vez de ser utilizados para mejorar el cultivo de café, sirvieron para cultivar coca. El ambicioso programa del Centro de Innovación del Café, que dispondrá de un fondo de más de 182 millones de bolivianos, contará con un banco de germoplasma, laboratorios de biotecnología molecular, suelos, patología y control de calidad. Y funcionará en Caranavi.
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