Las extraordinarias facilidades que otorga el gobierno para la importación de toda clase de manufacturas, artículos industriales y agropecuarios, de todos los países del mundo, pero especialmente de China, están determinando la muerte de la industria nacional y de todos los factores que podrían causar su desarrollo.
Dos casos patéticos confirman esa afirmación emitida por entidades privadas nacionales y certifican que la realidad industrial del país se dirige a un colapso, más a corto que a largo plazo. Se trata del crecimiento de la importación de artículos manufacturados y de equipos de la línea blanca, o sea refrigeradores cocinas y otros, con el agravante de la enorme fuga de divisas.
En primer lugar se tiene que debido a la competencia china, la exportación de las manufacturas nacionales cayó entre los años 2000 y 2017, nada menos que del 42 al 13 por ciento, según información de la Cepal, lo cual, además, significó un cambio radical en la estructura del comercio de Bolivia. El indicador concreto sobre el efecto de esas importaciones a Bolivia, evidencia que las exportaciones de Bolivia hacia el mundo fueron de tendencia creciente.
El análisis de esa situación señala que la invasión de productos chinos sobre la estructura productiva de nuestro país, así como de otras naciones, es aún sostenida, pese a las restricciones que estableció el gobierno de Estados Unidos a las importaciones de algunos productos a su territorio.
No solo se ha intensificado la importación de artículos del rubro de las manufacturas, sino también de los electrodomésticos de la línea blanca, importaciones que han originado que medianas y pequeñas industrias del país se vean obligadas a cerrar y dejar en el desempleo a numerosos obreros.
Al respecto, se señala que solo durante el año 2017 se importó de China esos productos por el monto de 59 millones de dólares, según el IBCE. Los artículos de la línea blanca introducidos al país fueron refrigeradores, lavadoras, acondicionadores de aire, cocinas y otros.
En todo caso, las causas para esa invasión de productos chinos, que determinan la muerte de las industrias nacionales, serían las políticas que favorecen a las exportaciones tradicionales, y el inflexible tipo de cambio que no ayuda a los exportadores bolivianos a competir en otros mercados.
Otros factores serían el estancamiento en nivel artesanal de la producción nacional manufacturera y, especialmente, las numerosas facilidades que otorga el gobierno para las importaciones de manufacturas, política que llega al extremo de la práctica de un libre comercio casi absoluto y desconocimiento de medidas proteccionistas.
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