La terrible cuestión del enclaustramiento de Bolivia es un capítulo que debe avergonzar a América, porque no está solo en el despojo de sus puertos, ni en la clausura de su territorio conectado al mar ni en la usurpación de sus cuantiosos recursos naturales ni en el confinamiento del pueblo boliviano detrás de los Andes. El enclaustramiento llegó más profundo, al encierro psicológico del pueblo boliviano, a su asfixia e incomunicación con sus pares.
Si al comienzo de la brutal agresión chilena al Litoral boliviano el Perú estaba llamado a acudir en defensa de Bolivia, esta situación cambió los efectos iniciales al declarar Chile la guerra al Perú. Entonces es Bolivia que acude al Perú, donde Bolivia actuó como aliada en virtud del Tratado Defensivo de 6 de febrero de 1873, defendiendo suelo peruano. La contienda contra Bolivia prácticamente fue inexistente. Chile realizó contra Bolivia una invasión y una ocupación de facto, en que se practicó la expoliación más escandalosa y el robo más descarado, imponiendo falsificaciones históricas que sirvieron de pretextos para la ambición chilena de apoderarse de los territorios salitreros del Perú y Bolivia.
Causa espanto el procedimiento fraudulento con que Chile ha engañado al mundo para apoderarse de extensos territorios del Perú y Bolivia, al extremo de amputarle a ésta última de su parte más vital y convertirla en tributario con propósitos ruines. Los fraudes vamos a referirlos en siguientes notas, que a lo largo de más de un siglo los eminentes personajes de los países involucrados no percibieron para denunciarlos:
El fraude de la Ley de 31 de octubre de 1842.
El fraude de los 10 centavos y la inexistente violación del Art. IV del Tratado de 6 de agosto de 1874.
El fraude de la declaratoria de guerra de Bolivia a Chile.
El fraude de la Resolución del Tratado de 6 de agosto de 1874.
El fraude de la reivindicación del territorio de los paralelos 24 al 23.
El fraude de las indemnizaciones de guerra contra Bolivia.
Límites fraudulentos de la frontera entre Chile y Bolivia.
La nulidad del protocolo de 15 de noviembre de 1904.
El fraude de la Paz y ¿Qué ganó Bolivia con la Paz?
EL FRAUDE DE LA LEY CHILENA
DE 31 DE OCTUBRE DE 1842
La vecindad de Chile con Bolivia fue ingrata desde los inicios republicanos y aun desde los tiempos coloniales. Hablando solo de la época republicana, comenzó con las intromisiones ilegítimas en asuntos internos de la Confederación Perú boliviana, invadiendo el Perú en dos ocasiones, la primera con Blanco Encalada, cuyo final, generoso de parte del Mariscal Andrés de Santa Cruz, fue respondido con el desconocimiento de la Capitulación que le concedió, llegando a ser derrotado en la segunda, con ayuda de los descontentos peruanos, en Yungay, donde perecieron muchísimos bolivianos bajo la inclemencia del rotaje. Si en aquella ocasión, Santa Cruz destrozaba al ejército invasor, nunca se hubiera producido la Guerra del Pacífico.
Descubierta la riqueza en el desierto de Atacama, comienza la invasión chilena a Bolivia, al dictar la ley de 31 de octubre de 1842, declarando de propiedad chilena las guaneras de Atacama, de plena soberanía boliviana, por más embustes que elaboren los chilenos; a los reclamos de Bolivia dieron largas con respuestas dilatorias.
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