Alasita
Los artesanos se “llevan la flor” en la fabricación de los materiales de construcción, la inventiva y los detalles en las réplicas asombran
La feria de la Alasita no deja de atraer a propios y extraños por la gran muestra artesanal que se expone en la venta de miniaturas fabricadas con muchos detalles y reflejan la labor artística de los artesanos.
Declarada como un patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la Alasita trasuntó en el tiempo y con ellas las creencias de que lo soñado se hará una realidad.
Ese es el espíritu de la Alasita (comprame), a la sombra del Ekeko las personas asisten a la feria en busca de casas, autos, camiones, buses, terrenos, materiales de construcción, alimentos y una larga lista de objetos en miniatura.
Para los más ambiciosos que sueñan un día tener una edificio, están las réplicas de los denominados “cholets”, con salón de fiesta, hotel, la tienda y el auto en la puerta. No falta el empresario transportista que también sueño tener un camión de alto tonelaje con enganche incluido.
“No es un juguete” afirmó con tono serio y seguro para luego añadir; “es lo que uno desea a mí me funciona, comencé comprando un camión de lata pequeño y se hizo realidad, después compré uno más grandecito y se cumplió, después compré un cisterna y ahora tengo, ahora estoy comprando este pachajcho (tracto camión)”, comentó Froilán Centellas transportista.
A pesar de las lluvias que se registran en esta época del año, cientos de artesanos ocupan por un mes el campo ferial ofreciendo una infinita variedad de miniaturas tan apreciadas por los turistas extranjeros y también nacionales que llegan a La Paz, precisamente para perderse en medio del aroma a choclo cosido con queso o los famosos pasteles con sus humeantes apis para el frío, para aquellos que no quieren perder el tiempo al comprar sus miniaturas, están los churos.
Para los más gustosos están los platos fuertes, como el chorizo paceño, el plato paceño y una gran variedad de platos que se ofertan en la “sección comidas”.
La ruta turística conduce al visitante por puestos, donde los artesanos exponen sus trabajos en yeso, ojalata, madera, textiles, cuero, metal, fibra de vidrio, en fin la inventiva e ingenio de los artesanos no tiene límites.
No deja de llamar la atención del visitante el detalle con el que los artesanos fabrican las pequeñas miniaturas, ya sea los empaques de los alimentos, las fachadas de casas, edificios o los autos de ojalata que tiene un gusto exquisito en sus detalles de pintura.
Pero sin duda donde los artesanos se “llevan la flor”, es en la fabricación de los materiales de construcción. La inventiva y los detalles son tan ingeniosos que las réplicas asombran.
Si uno sueña con dedicarse a la albañilería existe de todo desde las herramientas más variaras (combos, martillos, tenazas, alicates, entre otros), hasta elementos indispensables para la construcción como la carretilla, el tecle, la mezcladora, escaleras, cascos de seguridad, guantes. Pero también hay materiales de construcción como ladrillos, calaminas, piedra, arena, bolsas de cemento, estuco, cerámica.
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