Que no falte combustible en tu alma

Las cosas que hacemos las hacemos porque tenemos ganas, si no tenemos ganas, no las hacemos o las hacemos mal. A decir verdad, no tenemos un control sobre la fuerza llamada “ganas”.

Aprender a pedirle a Dios la fuerza llamada ganas es un poderoso ejercicio mental y espiritual que nos enseña a pedir específicamente esta fuerza y a recibirla y a volvernos diestros en este arte y en esta habilidad.

Vamos al ejercicio para aprender a pedir ganas, piensa en algo que quieres o que necesitas hacer, pero que no tienes ganas … voy a suponer que ya encontraste tu tarea o actividad, ahora cierra los ojos, orienta las palmas de tus manos hacia arriba, dirígete mentalmente hacia Dios y pídale ganas, muchas ganas para hacer esa actividad, paso a paso, en tiempo presente, sin distracciones y concentrándote en cada paso que des.

Como la práctica nos convierte en maestros, debemos ensayar el ejercicio para otras actividades que necesitemos hacer y no tengamos muchas ganas de concretarlo.

Como este artículo podría ser muy importante para muchas personas que tengan el problema de la falta de ganas, convendría que saques una fotocopia del mismo y la pegues en un lugar visible, donde lo puedas leer una y otra vez y de esta manera, lograr activar tu poder de pedir ganas para cualquier actividad que desees o que necesites realizar.