Con motivo del pago del “doble aguinaldo” (que en el sentir de muchas entidades tiende a ser permanente) mucho se habló sobre el crecimiento de nuestra economía y, cuando se tocó el problema de una posible crisis de disponibilidades, se dijo también que “nuevamente se recurrirá a préstamos” y, si es necesario, se utilizará parte de las reservas internacionales.
Todo desarrollo y crecimiento económico-financiero de cualquier institución forzosamente tiene que ser sobre la base de la producción que permita contar con disponibilidades para atender las urgencias y necesidades; por supuesto, en el caso del gobierno y la cobertura de obligaciones que tiene, el honrar todo ello tendría que ser sobre la base del ahorro conseguido, las reservas incrementadas, la austeridad hecha política permanente, la disminución de gastos y todo aquello que implique supresión de lo que no es absolutamente necesario y perentorio.
Hablar sobre cubrir déficits o pagos de la deuda externa con nuevos préstamos y cancelar obligaciones inmediatas con dinero ajeno, es lo más inconveniente, censurable e imprudente. Que el gobierno tiene que cubrir obligaciones de pago a la burocracia, es innegable; pero todo tiene que estar sobre la base de lo que se tenga y nunca endeudando más al país.
El argumento de que las reservas deben servir para atender las necesidades es ilógico, porque disponer de ese patrimonio es violentar o debilitar la seguridad económica, es poner trabas a proyectos importantes que deben cumplirse, como atención de la salud y la educación, construcción de vías de comunicación o carreteras que el país necesita y, sobre todo, garantizar nuevas inversiones. Las reservas internacionales netas son pólizas de seguro de la economía nacional y es en ellas que todos los países sustentan la seguridad de sus economías y nuestro país, pobre y subdesarrollado, está obligado, tal vez como ningún otro, a gastar menos y cuidar lo poco que tiene.
No se debe creer en el desarrollo y el crecimiento sobre la base de más endeudamientos y menos del uso de las reservas; ambos rubros de la economía deben ser utilizables solamente en casos muy extremos. Cuando se sabe, conforme a presupuestos que deben cumplirse, que hay obligaciones perentorias, es preciso aumentar la producción y, cuando ello no es posible en lo inmediato, disminuir gastos y tener austeridad; olvidarse de todo aquello que implica dispendio y derroche; observar conductas que obliguen a respetar lo que es propiedad del país y no es peculio personal o de partido; obrar en sentido contrario es, simplemente, irresponsabilidad con lo que es pertenencia del país, seguridad y sustento de su economía y certeza de que se obra consecuentes con los intereses del bien común.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |