El fraude de las indemnizaciones de guerra contra Bolivia
De la constatación de hechos provocados por Chile, tenemos primero que se inicia el conflicto con la invasión a Antofagasta, seguida de la ocupación incruenta de todo el Litoral boliviano, desde el Paralelo 24 de Latitud meridional hasta el río Loa. Los acontecimientos posteriores se producen en territorio peruano de Tarapacá, Arica y Tacna, donde Bolivia concurre como aliada defendiendo suelo peruano y las hordas chilenas continuaron con la invasión al resto del territorio aliado, por cuya indemnización de guerra se apropió de Tarapacá, que incluye Arica después, según los tratados de 1883 y de 1929, no contentos con tanto asalto, robo, desolación y contribuciones de guerra cometidos en el Perú.
Es decir, Chile se apropió de todo el Departamento boliviano de Litoral, gratuitamente y por la invasión y apropiación de este territorio sin combatir, “sin rendir vidas ni sangre chilenas ni sacrificios exigidos a su país”, como tanto proclamó Chile para imponer indemnizaciones de guerra a Bolivia, ¿Por qué los bolivianos aceptamos tanto embuste y por qué consentimos hasta hoy tanto atropello impuesto?
La indemnización de guerra por la Guerra del Pacífico, Chile se cobró con creces en el Tratado de Ancón de 20 de octubre de 1883 y con las exacciones y contribuciones forzosas que impuso al Perú, ¡durante la ocupación de este país!
La verdad es que toda la llamada Guerra del Pacífico fue un fraude escandaloso, que debe conmover a la conciencia de las naciones del mundo.
LA NULIDAD DEL PROTOCOLO DE 15 DE NOVIEMBRE DE 1904
El Tratado de 20 de octubre de 1904 expresamente se refiere al restablecimiento de las relaciones de Paz y Amistad entre Bolivia y Chile, terminando, en consecuencia, el régimen establecido por el Pacto de Tregua de 4 de abril de 1884 y se fija los límites entre ambas repúblicas.
En tanto, en el Protocolo de 15 de noviembre de 1904 indebida e ilegalmente, al margen del Tratado, el embajador de Bolivia, Alberto Gutiérrez, declara que “habiéndose controvertido en ocasiones por el Gobierno de Bolivia la situación de los territorios que se encuentran entre los Paralelos 23 y 24 de latitud meridional, consideraba oportuno dejar establecido que el Gobierno de Bolivia reconoce el dominio absoluto y perpetuo de Chile en estos territorios”.
Esta declaración oficiosa, que más parece dicha a título personal, es completamente arbitraria y endeble, por el mismo alcance de su redacción; ya que en una simple declaración “consideraba oportuno establecer…” algo tan importante que no estaba comprendido en el Tratado. Creemos que constituye una ilegalidad inaceptable, mayormente por los fundamentos expuestos en los incisos b), d) y e) anteriores que, incuestionablemente dejan fuera del Tratado el territorio entre los Paralelos 23 y 24 de latitud meridional y que no han sido desprendidos de la soberanía de Bolivia.
No debemos ignorar que el Tratado de Paz de 1904 no podía apartarse de su antecedente, que es el Pacto de Tregua de 1874.
Es evidente que este tema ha sido materia de apasionados debates en que, lamentablemente, eminentes personalidades bolivianas han emitido criterio a favor de que con este protocolo la posesión arbitraria de Chile de los paralelos 23 y 24 está consolidada, resolución del Tratado de 6 de agosto de 1874 y reivindicación de dicho territorio incluidas. El autor acusa de traición a los sostenedores de esta posición pro chilena.
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