Agoniza industria del calzado nacional

“Mis ventas están muy bajas, no hay mercado para nosotros, el contrabando nos afectó”; “Vendo como dos pares al día, hace unos quince años vendía hasta 25 pares”; “Antes vendíamos bien, ahora no hay mucha venta”, afirman fabricantes y comerciantes de zapato nacional de los principales mercados de venta de La Paz. En el interior del país ocurre lo mismo o algo peor. “Más de 500 familias de artesanos que se dedican a la fabricación de calzado están en situación delicada”, manifiesta un trabajador.

Con esas lamentaciones, trabajadores bolivianos hacen conocer el estado de agonía en que se encuentran la artesanía y la industria del calzado nacional como resultado de políticas económicas que han dejado de proteger a esta rama de la economía nacional y que se han orientado al libre comercio con esa clase de productos y, al mismo tiempo, fomentan el contrabando.

Los empresarios y obreros afectados por esa situación destacan que la producción brasileña y china de calzado han invadido el país. Agregan que el 51 por ciento del valor total de las compras corresponde a productos brasileños, mientras el valor de los artículos de cuero chinos tiene valor de 27 por ciento, y en términos menores de Vietnam y otros países. Pero la situación es aún más grave, pues, son 67 los países que venden calzados a Bolivia, entre otros Vietnam, Indonesia, Colombia, Argentina y otros.

La dramática situación de la industria del zapato sufrió un brusco bajón desde hace algo más de diez años, hasta cuando se registraba estabilidad e inclusive mejora del consumo del calzado nacional. Uno de ellos asegura que hasta hace diez años producían hasta tres docenas de zapatos al día y comercializaban el cien por ciento, pero al presente, de una docena que fabrican al día venden la mitad, hasta dos pares o nada.

Los productores de zapatos agregan que al tercer trimestre de 2018 las compras del exterior tuvieron un pequeño descenso, pero que no es significativo, y podrían volver a repuntar ya que el contrabando y las importaciones privadas y estatales continúan en plena actividad. Se acusa de ese dramático estado de cosas de esta rama industrial a China, que el año 2008 vendía a Bolivia hasta el 63 por ciento del total de los países registrados.

La invasión de zapatos peruanos, brasileños, chinos, etc. está produciendo desempleo y la muerte de artesanías por la competencia de precios bajos. Por ejemplo, un par de zapatos chinos cuesta de 50 hasta 95 bolivianos y los peruanos valen unos 200 bolivianos y los nacionales son de mayor precio, por lo que los compradores prefieren lo más barato. Los fabricantes nacionales y legales de calzado, que tienen que pagar impuestos, sueldos, AFP, beneficios, segundo aguinaldo, protestan por esta situación, que ha puesto en estado de agonía a esta importante industria, como también ocurre con la fabricación de ropa.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística, (INE), procesados por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) se registraría en meses recientes una tendencia a bajar las importaciones que habrían caído del 21 al 18 por ciento, sin que se pueda pronosticar qué ocurrirá en el curso del presente año, al mantenerse políticas de libre comercio, contrabando, alza de salarios, doble aguinaldo, etc.