La última pasarela del Kaiser de la moda

Siguiendo la grandiosidad que le precedía en sus shows, Karl Lagerfeld recreó una villa italiana, cuyo jardín servía de pasarela a modelos que desfilaron al ritmo de “Parole, Parole”, el éxito setentero de Mina y Alberto Lupo, o el tema principal de la película de Ettore Scola para “Dramma delle Gelosia” (1970), con Marcello Mastroianni y Monica Vitti en los papeles principales. Chanel apostó por una silueta alargada, con faldas lápiz hasta los tobillos y acampanadas en el bajo, para su colección primavera-verano 2019 Alta Costura, donde muestró el talento de sus costureras y la capacidad de innovación artística de la casa en propuestas reservadas a las clientas más pudientes.

El show de la elegancia se desarrolló en el marco de la semana de la Alta Costura de París. Chanel había programado dos desfiles para acoger a la amplia multitud de invitados citados. Como manda la tradición, al final de cada presentación el director creativo siempre salía a saludar acompañado de la última modelo y algún miembro del equipo. Esta vez no fue así. Lagerfeld decidió no mostrarse en público y eligió a la directora del estudio de la firma, Virginie Viard, que apareció en representación del afamado diseñador. Tras esto, el equipo de la firma se apresuró a explicar que Lagerfeld había preferido reservarse para la segunda muestra de horas más tarde, a la que la marca recurre para ser capaz de acoger a sus cientos de invitados. En cualquier caso y por un momento, el rostro de los asistentes mostró la inquietud por la ausencia del “Kaiser” -como lo llamaban en Alemania-. Sus apariciones durante las últimas presentaciones se habían vuelto cada vez más escuetas y en el anterior desfile saludó también acompañado por Viard, una acción que se apreciaba como el preaviso de la sucesión al trono de la firma más representativa de París.