La queja de los DT: El fixture de la “muerte”

El campeonato boliviano es sui generis, la particularidad más llamativa es la geografía de nuestro país. Ciudades con altitud, territorios con humedad elevada, el calor en algunas regiones son insoportables. Sin embargo, en este semestre se agregó la particularidad de jugar el fin de semana y a media semana. La seguidilla de partidos da dolores de cabeza a los entrenadores y deja extenuados a los jugadores, quienes están expuestos a las lesiones.

Todos los entrenadores de los 14 clubes se quejaron en alguna ocasión que tuvieron ante los medios. Hay clubes que llegaron a jugar tres partidos en una semana, en el caso de Bolívar, The Strongest, Royal Pari y Guabirá, debieron acomodar su calendario para disputar los partidos a nivel internacional, tanto en la Copa Libertadores como en la Copa Sudamericana.

La dirigencia boliviana solo consideró que se debe terminar rápido el campeonato Apertura, para dar espacio al trabajo de la Selección Nacional absoluta que afrontará la Copa América, a mediados de este año.

El entrenador de Bolívar, el argentino César Vigevani, fue el más crítico sobre el calendario futbolístico que atraviesa el torneo nacional, que incluso fue tildado de poner excusas, cada vez que no suma una victoria.

“El tema físico no te deja mantener el mismo equipo en acción, hay un desgaste que nos obliga a improvisar, estoy seguro que si jugaríamos en un torneo normal el equipo estaría en otras condiciones”, dijo el entrenador de la Academia.

En la vereda del frente, The Strongest, el entrenador Pablo Escobar debe lidiar con las lesiones musculares de los defensores centrales: Adolfo Machado y Fernando Marteli. Escobar en alguna oportunidad señaló que debe cambiar cada equipo para dar descanso y evitar lesiones.

E incluso el entrenador de Destroyers, Evandro Güimaraes, mencionó luego del empate ante Oriente Petrolero (0-0), que por primera vez le toca jugar de manera tan seguida, con cambios de temperatura y altitud.

El suplemento “Deportes El Diario” conversó con el entrenador paceño Sergio Apaza, quien tuvo la opción de dirigir en todo el país y se las “arregló” para armar un plantel competitivo en cada temporada. Apaza tiene la experiencia de haber realizado la logística para los clubes que pertenecen a lugares cálidos (del Oriente) y con clubes que viven en ciudades de altura. En los dos lugares tuvo éxito para sacar buenos resultados.

“Muchos estudios han indicado que son necesarias 72 horas de recuperación tras el último partido para poder rendir al máximo durante una competencia oficial. Durante períodos con muchos partidos consecutivos, la recuperación entre partidos no llega a las 72 horas, por lo que dicha recuperación es insuficiente para restablecer la regularidad en el rendimiento de los jugadores”, explicó el entrenador paceño.

El campeonato tiene un rendimiento irregular, los espectáculos no son los mejores, los hinchas no van a los estadios, porque saben que no verán un juego intenso.

“Generalmente, la fatiga se define como una disminución del rendimiento de la actividad muscular. En fútbol, la fatiga aparece principalmente en dos momentos: cerca de finalizar el partido y al finalizar el mismo. Las causas principales de la fatiga en el fútbol son: La deshidratación, la disminución del glucógeno, y la fatiga mental”, dijo Apaza.

Los clubes que económicamente no cuenta con una mayor inversión para armar un plantel más amplio sufren mucho más. El entrenador de Real Potosí, Fernando Ochoaizpur, aseguró que debe abocarse a recuperar a sus jugadores para mantener un buen rendimiento. Es decir, Ochoaizpur cruza los dedos para evitar que existan lesiones en el equipo.

“Lo ideal al terminar cada temporada anual, es jugar 55 a 65 partidos más o menos, para que el jugador tenga un tiempo ideal de 30 días de recuperación física pero fundamentalmente mental. Si en un equipo de fútbol no se respetan ciertas normas fisiológicas de esfuerzo-recuperación, el cansancio acumulado aparece de manera temprana, y se refleja a través de las lesiones a nivel de grupos musculares y el cansancio físico-mental y emocional”, agregó Apaza.

Paulo Apaza