La mentira más grande que ha lanzado S.E. durante su largo régimen fue que había concebido un hijo con la señora Zapata. Resultó el embuste más peligroso y absurdo, ya que eso produjo una conmoción que lo perjudicó e influyó negativamente en el sentimiento ciudadano. A tal extremo que luego S.E. atribuyó su derrota en el referéndum del 21-F a presuntas calumnias e intrigas de la oposición, cuando, sin que nadie le pidiera, fue él quien dijo que había sido padre.
Últimamente, S.E. declaró que la Constitución más avanzada del mundo en materia social es la de Bolivia, porque así lo habría calificado la CIDH, que nos visitó hace poco. Cualquier Constitución puede ser la más avanzada del mundo si se trata de copiar las leyes más modernas. Pero las leyes están para cumplirse, no para exhibirse como muestra de cultura. Y el actual régimen se pasa la Constitución por el forro las veces que quiere. Con sólo referirnos al Art. 168 ya es suficiente. ¿A quién le importa que tengamos la Ley de Leyes más moderna si S.E. decide que podrá ser reelegido indefinidamente, contraviniéndola? Y de paso desconoce desvergonzadamente los resultados del referéndum, donde el pueblo le ratifica que se vaya, que ya no lo quiere como candidato.
¿Para qué viene a decirnos S.E. que se ha descubierto un campo gasífero gigantesco y que por poco no navegamos sobre un mar de gas? ¿Para qué si luego hay que aclarar que todavía no se ha calculado su potencial, y finalmente llega un silencio absoluto? Esa repetida fantasía del “país centro energético de Sudamérica”, ya no la cree nadie.
¿Por qué nos tiene que mentir S.E. que en La Haya nos fue bien porque dizque la Corte habría instado a Chile a negociar con Bolivia una salida al mar? ¿Qué es lo que ha entendido S.E.? ¿Piensa que todos los bolivianos somos unos ignorantes? Está clarísimo que Chile nos revolcó y que el resultado ha sido catastrófico para la diplomacia nacional.
¿Y eso de que somos el único país en el mundo que realiza elecciones judiciales, dicho “urbi et orbi”, no habría que callarlo más bien? Porque, viendo sus resultados abominables, nos avergonzamos de tener a semejantes magistrados, y comprobamos que el pueblo no los elige sino que son designados a dedo por la Asamblea masista.
S.E. asegura a los cuatro vientos que somos la economía que más crece en Latinoamérica, sin embargo los datos indican que no debemos ufanarnos de unos cuantos años buenos si estamos rezagados por décadas en relación con los vecinos. Nuestra economía ni siquiera supera a la de Paraguay, donde nunca existió ni plata ni estaño ni gas. Ellos industrializaron un recurso renovable como el agua para subsistir, es decir que crearon riqueza.
Y de yapa se entromete el Vice y nos viene con el cuento risible de que para el 2025 nuestro PIB estará igualado con el de Chile. Y le demuestran desde el exterior que falta más de un siglo para que lo igualemos y el propio Ministerio de Economía de Bolivia dice que no es un siglo, que faltan tres décadas. ¡Nada menos! ¿Qué le pasa al Vice que no puede hacer un solo cálculo correcto siendo matemático?
La mentira sobre el separatismo cruceño es otra de las falsedades más grandes, pero como las dice S.E. y las repite el Vice y luego los ministros y los parlamentarios, se convierte en algo dudoso. ¿No se da cuenta S. E. del daño que le ha hecho al país? ¿De los males a la gente que hace más de una década que está exiliada o presa? ¿No calcula la desconfianza y rabia que ha creado entre los propios compatriotas?
Mutún, la industrialización del litio, Puerto Busch, el electoralista e inviable SUS, todo se exagera o se miente, y hasta nos hacen creer que ya hemos ingresado en la era espacial, solo porque los chinos nos construyeron un satélite carísimo, que no justificó los más de 300 millones de dólares que pagó nuestro paupérrimo país.
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