Los profesionales de la construcción conocen y saben de estos riesgos, pues normalmente planifican esas actividades, que llegado el momento son preventivas, aunque paralizar obras es un dolor de cabezas, sin embargo, es posible tomar medidas preventivas para minimizar los efectos, cuidando la salud de los obreros.
Lo último que pensará es paralizar obras cuando llegan las lluvias, especialmente cuando inicia obras en alguna construcción, pero se puede tomar algunas previsiones y evitar exponerse a riesgos físicos asociados a las condiciones climáticas.
Una de las razones por la que arquitectos, constructores e ingenieros, casi viven pendientes del clima, ya que el mismo determina el movimiento de obreros que pueden realizar, en tiempo seco, frío o lluvias es cuando prefieren efectuar trabajo bajo techo y muy poco en los exteriores a intemperie, aunque es donde más se mueven.
Eso supone que los trabajadores estén expuestos a las condiciones muy variables del clima y tener que “vandearse” del frío, calor intenso, viento, lluvia, radiaciones solares, humedad.
Moverse en estas condiciones para los obreros es complicado para los obreros, ya que los accidentes están a la orden del día como caídas, resbalones, aplastamientos por derrumbes, contactos eléctricos, quemaduras y en otros casos de insolación.
Los profesionales de la construcción conocen y saben de estos riesgos, pues normalmente planifican esas actividades, que llegado el momento son preventivas, aunque paralizar obras es un dolor de cabezas, sin embargo, es posible tomar medidas preventivas para minimizar los efectos, cuidando la salud de los obreros.
RIESGOS EN LLUVIA
Casi es natural protegerse del frío, pero no de los riesgos que puedan producirse en la labor diaria en construcción como contracciones musculares a la hora de moverse como las desarrolladas bajo lluvia, el granizo o la nieve.
La lluvia, es el factor de riesgo en trabajos más importante, ya que la humedad provoca asumir ciertas previsiones, pues las lluvias, nieve, granizo, pueden paralizar los trabajos programados, debido a que la visibilidad se reduce, se complica el tráfico de los vehículos y de los mismos trabajadores tienden a resbalar.
Puede producirse deslizamiento o desprendimiento de tierra, lo que afecta especialmente a trabajos de movimiento de excavaciones, terraplenados e incluso en el traslado de los mismos. En caso de tormentas eléctricas, existe riesgo de caída de rayos en el sector, en consecuencia, se produzcan daños directos para los trabajadores y en instalaciones eléctricas. Pero también se tiene que tomar en cuenta la estabilidad del terreno, el criterio es evitar deslizamientos o el desprendimiento de tierra, en caso de movimiento de tierras que se realicen, también en los terraplenados, excavaciones.
RESGUARDAR EQUIPOS
Tras la lluvia o nieve, es clave que el suelo donde se apoyan los equipos de trabajo, además de andamios o escaleras pueden anegarse y ser inestables a la ahora de utilizas los objetos. Entonces hay que tomar medidas de seguridad para cuidar estos los equipos en traslado, asegurar la estabilidad, eléctrica, ya que el agua puede provocar una serie de problemas.
Normalmente cuando llueve la visibilidad disminuye, afectando a la percepción de señales y del contexto laboral. Otros efectos por las precipitaciones y es que el terreno por donde caminan los trabajadores se vuelve resbaladizo, peor si circulan vehículos y es gravitante que los trabajadores cuenten con los calzados correctos.
AL AIRE LIBRE
Cuando hacemos labores al aire libre es cuando debemos tener más cuidado, también con los equipos de protección individual. Además, la preparación previa información, el reconocimiento del entorno y sus riesgos, el sentido común es imprescindible para prever accidentes de cualquier tipo. Los obreros sólo deben emplear equipos de trabajo que sean seguros para el uso previsto, los contratistas, empresarios, profesionales deberán asegurarse de que los equipo seleccionados sean los adecuados para una labor en humedad por la lluvia, nieve o granizo.
MATERIALES
Está dicho que los equipos de protección individual deben ser de materiales aislantes e impermeables que impidan que la ropa se humedezca, utilizar buenas botas, reforzadas o botas de agua, con una suela antideslizante para terrenos inestables y evitar caídas y resbalones.
Al final y en caso de tormenta, lluvia o viento fuerte, nevadas, o cualquier otra condición que dificulte la visibilidad o la manipulación de las herramientas, los trabajos deberán suspenderse.
Además, es importante tomar precauciones en caso de realizar trabajos en espacios públicos y prever en circunstancias especiales como una inundación por efecto de lluvias intensas.
Por ello, es importante planificar el trabajo considerando las previsiones meteorológicas que pueden ocasionar un cambio de nivel por efecto de aguas pluviales y el trazado de las instalaciones, ya que las lluvias pueden originarse lejos del lugar de operación y, sin embargo, afectar las instalaciones donde se está trabajando, tomando en cuenta que está a la distancia. Por ejemplo las riadas son muy frecuentes en la ciudad de La Paz, porque llueve en el norte y en el sur nadie se entera y baja el agua por los ríos en volúmenes gigantes, arrastrando lo que encuentra.
Portada de HOY |
1 Dólar: | 6.96 Bs. |
1 Euro: | 7.77 Bs. |
1 UFV: | 2.29605 Bs. |
Impunidad |