Echaré un vistazo adicional a este extraordinario libro de Stephen Hawking, Una breve Historia del Tiempo, para ver cómo explica este admirable científico el origen de la vida, en esta etapa del Universo, que tiene miles de millones de años de existencia, donde la expansión del mismo da lugar a la formación de gases y elementos que chocan entre sí de una manera constante, es una dinámica que no se detiene.
En determinado momento, hace varios miles de años, algunos neutrones, neutrino y gases chocan entre sí, dando lugar a la presencia de oxígeno, el cual junto con el carbono permiten la creación de las primeras células.
Esto sería parte del hecho de que el universo no es arbitrario, pero gobernado por leyes definidas, que últimamente tienen que combinar las teorías parciales en una teoría unificada completa. Las ideas acerca de las teorías científicas elaboradas hasta el presente asumen que somos seres racionales, que estamos libres para observar el universo como lo queremos y lograr deducciones lógicas de aquello que vemos. En tal esquema es razonable suponer que deberíamos progresar para estar cada vez más cerca a las leyes que gobiernan nuestro universo.
En esa búsqueda de la verdad, Hawking considera que la única respuesta a este problema estaría basado en el principio de Darwin de la selección natural. La idea es que en cualquier población de organismos que se autoreproducen, habrá variaciones en el material genético y el desarrollo que los individuos tienen. Estas diferencias significarán que algunos individuos están más capacitados que otros para extraer las concusiones adecuadas acerca del mundo y actuar de acuerdo con ello. Estos individuos tendrán más probabilidades de sobrevivir y reproducirse y su pensamiento será el dominante.
Hawking con la precisión que lo caracteriza describe el proceso: “la tierra era inicialmente muy caliente y sin una atmósfera proveniente de la emisión de gases de las rocas. Esta atmósfera inicial no era un ambiente en el cual podríamos haber sobrevivido porque no contenía oxígeno, pero con muchos otros gases que eran venenosos para nosotros, tales como el hidrógeno sulfuroso. Hay, sin embargo, otras fuerzas primitivas de vida que pueden florecer bajo tales condiciones. Se piensa que ellas se desarrollaron en los océanos, posiblemente como un resultado de combinaciones aleatorias de átomos en estructuras más grandes, llamadas macromoléculas. Ellas se habrían reproducido a sí mismas y multiplicado.
En algunos casos habría errores en la reproducción. Estos errores habrían sido tales, que las nuevas macromoléculas no podrían reproducirse a sí mismas. Ellas habrían tenido la ventaja y habrían tendido a reemplazar a las macromoléculas originales. De esta manera se inició un proceso de evolución que condujo al desarrollo de organismos más y más complicados que se auto-reproducían. Las formas primitivas de vida consumían varios materiales, incluyendo sulfuro de hidrógeno y liberaron oxígeno. Esto gradualmente cambió la atmosfera a la composición actual y permitió el desarrollo de formas de vida superiores, tales como peces, reptiles, mamíferos y por último la raza humana”.
Este cuadro del universo que se inició muy caliente y se enfrió y expandió está de acuerdo con toda la evidencia observada que tenemos al presente. Sin embargo, como resalta Hawking, hay un número de interrogantes aún sin respuesta.
Por la limitación de espacio de esta columna, no reproduciré esas dudas que la Ciencia aún tiene para resolver en el futuro.
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