Labor sacrificada y solidaria de bomberos

Los deslizamientos de tierra en el camino a Caranavi han mostrado realidades que señalan los extremos de pobreza en que se desenvuelve nuestro país: carencia de implementos, vituallas y sistemas modernos que sirvan a los bomberos en su sacrificada labor. Otra muestra es el hecho mismo de que sin contar con los medios precisos, estos hombres del “Cuerpo de Bomberos” hasta poniéndose en peligro se han dado de lleno a salvar vidas, y poner a buen recaudo a los rescatados. Son dos realidades que muestran cuánto precisan quienes prestan labores humanitarias y cuánta vocación de servicio, conciencia humanística y sentido de sacrificio y vocación por el bien común hay en personas humildes que más por cumplir con su trabajo, se entregan a labores peligrosas.

La solidaridad del pueblo se muestra y se siente ante desgracias como las ocurridas en el camino a Caranavi, con la muerte de varias personas. Labores solidarias fueron desplegadas por quienes no solamente quisieron cumplir con el deber de salvar vidas sino hasta de exponer las propias en aras de atender a quienes cayeron en la desgracia de ser víctimas de los deslizamientos de tierra, lodo y piedras. Según testigos presenciales, muchos pasajeros que viajaban en vehículos del servicio público también realizaron labor humanitaria, cooperando en todo lo que se podía y, sobre todo, se encargaron de infundir paciencia y esperanzas a quienes creían haber perdido a familiares en momentos de los deslizamientos.

Todas estas personas merecen la gratitud de todos los habitantes del país y, por supuesto, mucho más de los que nos encontramos cerca de los hechos que han costado tanto a quienes se dirigían a su trabajo o retornaban a sus pueblos para cumplir con sus habituales labores. Es, además, un llamado de alerta a las autoridades para que se conduelan no solamente de la situación en que quedaron las víctimas y familiares sino, sobre todo, para que vean en qué situación está el Cuerpo de Bomberos, que nuevamente se ha visto huérfano de medios para cumplir sus deberes, porque ellos, a falta de lo necesario, utilizando machetes y cuerdas han socorrido a quienes clamaban por conservar su vida.

La pobreza del país contrasta con el despilfarro de dinero que hubo en trece años, en los que se derrochó ingresos por las exportaciones de gas; dinero que podía haber servido para dotar de lo necesario tanto a los bomberos como a los policías que cumplen labores humanitarias indescriptibles, porque los balances muestran cuánto hicieron con tan poco y tan solo haciendo acopio de buena voluntad y sentimientos de caridad y solidaridad con quienes lo necesitaban, especialmente cuando autoridades -caso del Gobernador de La Paz que ni se presentó cuando debía dirigir las labores de socorro y sentirse condolido con los que sufren- o, peor, con autoridades que muy cómodamente se hicieron presentes solamente como muestra de que la desgracia sufrida podía servir para hacer propaganda.