Caudillismo machista opaca protagonismo de la mujer

La politóloga y exparlamentaria Erika Brockman considera que el caudillismo machista impide que la mujer pueda participar en primera línea en la política. En su opinión, la antesala a las elecciones presidenciales evoca la lucha por la igualdad de oportunidades y es perturbadora.

“Primero sigue imperando el caudillismo machista, segundo las mujeres eluden participar en un escenario político tan polarizado y de desgastante, y por otro lado, las mujeres aún no tienen presencia en las primeras líneas de las ligas mayores de la política”, subrayó Brockman.

Esto se refleja, recalcó, no solamente a nivel de su condición de candidatas de alcance nacional, sino también en los resultados que se tuvo en las elecciones subnacionales de 2015, en ese escenario se vio que las candaditas tuvieron muy bajo desempeño en los resultados comparativos.

Solo hay un ejemplo de una mujer que ha tenido resultados claros y es la alcaldesa de la ciudad de El Alto, Soledad Chapetón, que llegó a primera línea, es el único dato y lo más relevante de los últimos años.

LIDERAZGOS FEMENINOS

Para las próximas elecciones presidenciales –dijo– se podían haber mostrado liderazgos femeninos y uno de los partidos preparados para esto era el Movimiento Al Socialismo (MAS), que tiene figuras visibles y competitivas femeninas, quienes pudieron ser potenciales candidatas, pero no lo hizo y “optó por una posición totalmente conservadora e ilegal”, afirmó.

Los otros partidos tienen diputados y diputadas, porque el principio de paridad ha permitido esta presencia, manifestó Brockman. Para la exparlamentaria con ello se ha logrado colocar algunas imágenes con un desempeño importante e interesante, pero eso no basta para poder lograr el apoyo de las estructuras partidarias o las encuestas a su favor.

CANDIDATAS

Ahora las candidatas que están en carrera electoral, quizá están esperando las líneas discursivas que se van a impulsar a la cabeza de los candidatos varones, indicó la analista y politóloga Erika Brockman; además “son grupos muy pequeños los que están tomando decisiones en torno a las candidaturas”, puntualizó.

Asimismo, se ve que no tienen experiencia para perfilar su propia imagen –dijo– más allá de los lineamientos del partido, ellas podrían hacer acciones que las visibilicen y las muestren con un perfil propio y con opinión propia en relación con varios puntos.

Las candidatas mujeres no siempre tienen que hablar cosas de mujeres, razón por la que muchos liderazgos femeninos surgen o son valorados porque tienen una visión global de sociedad y presentan respuestas, no sólo en temas sociales, sino también económicos, políticos y otros.

El elector busca relatos y mensajes sobre una visión de país estratégico, entonces para eso se tiene que mostrar conocimiento de las leyes, un plan de Gobierno y mensajes que movilicen sentimientos o motiven la reflexión de la gente, apuntó Brockman.

OBSTÁCULOS

Por su parte, la diputada de Unidad Demócrata (UD), Micaela Nina, manifestó que los partidos políticos se han convertido en el cuello de botella en la posibilidad de que las mujeres tengan un ejercicio efectivo de poder.

Señaló que es evidente que hubo modificaciones a la normativa para que la mujer llegue a las instancias del poder y en la Asamblea Legislativa estamos a la par con los hombres, pero las brechas que existen en cuanto a la representatividad y ejercicio del poder, todavía son grandes (…) y “son los partidos políticos que se han vuelto el cuello de botella para las mujeres”, explicó.

El 28 de noviembre de 2018, se inscribieron en el Tribunal Supremo Electoral (TSE) nueve binomios presidenciales, pero solo tres cumplieron la paridad con un candidato varón y una candidata mujer, entre ellos el Partido Nacional Boliviano (Panbol), Partido Demócrata Cristiano (PDC) y el Movimiento Tercer Sistema (MTS).