II
Marcos Antonio Huallpa Condori
El protocolo de actuación del bullying empieza por la detección de la situación de acoso escolar, comunicación a la Dirección de la Unidad Educativa, atención de la situación, comunicación con las familias, entrevista con todas las partes, dando un espacio seguro y de anonimato, definir las medidas a seguir con las diferentes partes, seguimiento a la implementación de medidas y las acciones para restaurar la convivencia.
Las medidas disciplinarias deben estar focalizadas en normas en vigencia, en este caso básicamente la Resolución Ministerial 001/2019 Subsistema de Educación Regular del Ministerio de Educación, que señala en el Art. 105 (prohibición de toda forma de violencia maltrato y/o abuso), numeral II de la gestión escolar 2019, que dará continuidad a la política de “cero tolerancia” al acoso y violencia escolar en aulas, pasillos, predios de la Unidad Educativa… para que no se reincida en esta problemática o llegue a crecer el problema con consecuencias desagradables en la comunidad educativa.
Así también la oportuna derivación a otras instituciones, la más cercana a la unidad educativa, como la Defensoría de la Niñez y la Adolescencia, para que por medio del gabinete psicológico se dé apoyo psicológico y seguimiento al agresor y al agredido, como a sus familias y se entre en un proceso de homeostasis en el ambiente escolar. Por otro lado, la judicialización del caso, sólo en casos extremos graves.
Por lo expuesto, cuando un estudiante se ve enfrascado en el acoso escolar, puede ser presa de procesos de ansiedad, a veces entra en episodios de depresión, estupor, estrés, lo cual repercute en el proceso enseñanza y aprendizaje, queriendo abandonar la unidad educativa o buscando la transferencia a otro colegio por ese factor. Algunas veces el acoso escolar crónico tiene el peor desenlace, el suicidio.
Entonces, ¿cuánta importancia se debe dar al acoso escolar en la comunidad educativa? ¿Se debe hacer campañas de concienciación y sensibilización como forma de prevención? ¿Los actores educativos tienen suficiente conocimiento para la prevención y la intervención ante el acoso escolar?
Entonces es primordial que el tema sea socializado, concienciado, prevenido e intervenido en las unidades educativas ante el fenómeno denominado acoso escolar o bullying, siendo un eje articulador de la importancia de la familia en el problema, también la transmisión de valores, el relevante rol de los docentes en la hora de advertir y reaccionar frente a la presencia de estos hechos y de la práctica de programas y políticas diseñadas a nivel central en la comunidad educativa. Y sobre todo no dejar pasar por alto estos problemas que llegan a la unidad educativa recurrentemente, o cerrarse al tema o pensar que no ocurren.
Por último, ¿será el acoso escolar el enemigo furtivo de la educación?
El autor es profesor normalista y Lic. en Ciencias de la Educación.
Correo electrónico: jarawico@gmail.com
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