200 muñecas visten ropa de carnaval

Al menos, 200 muñecas vestidas con trajes de los personajes del carnaval y una maqueta dedicada al Jisk’a Anata, elaborados por la artesana Iris Dávalos Córdova y José Ortiz Dorado se exponen del 1 al 17 de marzo en el Museo del Tambo Quirquincho.

“Con esta exposición muestro el vestuario de todo el carnaval boliviano (…). Son alrededor de 200 muñecas, yo les hice la indumentaria. Esta colección tiene entre 20 a 25 años (…). Antes hacía los trajes para personas mayores”, dijo Dávalos mientras se encontraba en la sala de exposición recibiendo visita.

La exposición se encuentra en la Sala Vicenta Juaristi Eguino del histórico Museo Tambo Quirquincho que está ubicado a pasos de la plaza Alonzo de Mendoza en la ciudad de La Paz. El ingreso es libre.

Dávalos explicó que cada traje fue hecho con total dedicación, sutileza, pasión, paciencia pero sobre todo amor. “Cada pieza se hace con mucho cariño, mi esposo me ayuda con los instrumentos y algunos detalles”, añadió.

Los finos acabados desde los bordados y cortes que muestran la indumentaria que visten las muñecas sorprenden a los visitantes, puesto que cada pieza se encuentra en su lugar.

En la sala se puede observar muñecas vestidas de caporales, morenada, tobas, inclusive se puede ver a la famosa banda orureña Poopó que resaltan por sus trajes rojos en medio de la exposición.

De acuerdo con explicación de Dávalos, este año la exposición tiene mayor énfasis en el Jisk’a Anata, por ello, la artesana le dedicó una maqueta entera donde se ven a los personajes bailando en plena avenida, todo en miniatura.

Por otra parte, la experta en este tipo de trabajos, sostuvo también que desde hace años ella coleccionó las muñecas y las identificó (de acuerdo al rostro y color) con indumentaria de danzas bolivianas, particularmente con las danzas del carnaval.

“Esta colección de 200 muñecas vino conmigo desde Sau Paulo y les puse ropa. No es solamente ponerle la ropa, hay muñecas que se identifican más con la morena, otras con Potosí, otras con la ropa del altiplano boliviano (…). Todas son escogidas para cada traje (…). Existen muñecas también que me regalaron”, añadió.

Indicó que su atracción por realizar este trabajo nació desde que sus padres le obsequiaron una muñeca. “Eso hizo que me inspire para hacer una colección, yo en una época de mi vida hice modelaje industrial, eso ayudó”, finalizó.