Ramiro Pillco-Zolá
Con esta evocación sugiero realizar una autocrítica sobre el conocimiento y buen manejo de tres instrumentos – aunque culturalmente dicha práctica es devenida en nuestro medio– que se dice son la base esencial para encontrar oportunidades y lograr bienestar: lectura, escritura y matemática. Si bien están los esfuerzos institucionales, o cuantiosos, donde los involucrados son niños, padres, organizaciones, profesores, y gobierno, con el objetivo mayor de potenciar a las generaciones mediante instrucción y habilidades, y así encaminarlas a un futuro promisorio, productivo; no obstante la realidad del avance alcanzado en la materia que concierne es lamentable.
Recordemos que la primera labor de la escuela es adiestrar a la persona en cuanto a leer, escribir y conocer las cuatro reglas aritméticas. Por ejemplo, para quienes antes de pisar un establecimiento escolar no tuvieron el adiestramiento previo en el seno familiar, porque esos niños se encuentran asentados en regiones remotas del confín patrio, donde se improvisa muchas cosas aún. La gran hazaña para ellos es, pues, representar el nombre suyo con puño propio. El logro de la firma personal puede ya considerarse de otro nivel de habilidad.
Platón dedujo que la educación del individuo, sobre todo de quien gobierna, es fundamental, todo con el objetivo de construir una sociedad justa; además sugiere un currículo que no ha variado en su esencia. Para empezar el niño debería recibir instrucción sobre la música, el baile, luego sobre la escritura, y más entrado en edad sobre la matemática.
Platón en aquellos tiempos sustentaba la necesidad de diferenciar la cualidad instructiva de las ciencias en dos: el mundo sensible y tangible; justamente la matemática debiera permitir dar el salto al mundo real. El profesor Ian Stewart de la Universidad de Warwick (RU), en su libro titulado: LAS 17 ECUACIONES QUE CAMBIARON EL MUNDO (2013), nos demuestra que sobre la base de esas ecuaciones -desde Pitágoras hasta la teoría del caos- se logró profundizar las áreas tecnológicas, y al mismo tiempo abrir nuevas, desde la electrónica hasta las comunicaciones con radar, el espacio aéreo y la bomba atómica, etc.
Quienes poseen preparación seria en la matemática, luego al ser aplicada con autoridad en actividades de ciencia y tecnología, son reconocidos por su alta formación, y son sujetos de buena remuneración. Es más, quien se anticipa con una instrucción matemática y programación a la vez, y después recién incursiona en una carrera por vocación, de por sí conlleva una gran ventaja profesional. Un ruso pedagogo al mostrarse sensible acerca del debacle de calidad escolar en muchos países, junto a la popularización del internet y su efecto nocivo en el desarrollo del pensamiento crítico, fue categórico al afirmar que cualquier modelo de escuela debería ocuparse de brindar una instrucción sólida en lenguaje y la matemática.
En nuestra sociedad no ha mejorado la calidad en lectoescritura, pese a varios programas escolares implementados solamente en los 30 años últimos. En varios años seguidos, al evaluar de forma personal a estudiantes y de una universidad prestigiosa en el medio, los resultados hallados en la prueba son inaceptables. El común denominador es la ausencia de caligrafía, reglas gramaticales, una redacción pésima, problemas que se arrastra desde la escuela primaria; demostrándose entonces que no existen el método ni el docente adecuado.
Para no tocar otras disciplinas más, otra falencia grave se manifiesta en la matemática, por pocas habilidades junto al poco interés. La instrucción en la escuela y la universidad es a nivel de esbozo, es la repetición de fórmulas, sin comprender su aplicabilidad y el mensaje físico. A diario vemos en puestos de negocio la trivialidad con que se maneja una operación aritmética. Están en curso las denominadas olimpiadas científicas plurinacionales (incluida la matemática), cuando se sabe que acaba en jactancia. La poca apropiación o nula de este instrumento redunda en niveles universitario – académicos, como uno de los factores primarios, con el consiguiente resultado de poca producción científica a carago de docentes del sistema.
Una norma suprema nacional, gestada por el partido político MAS y en función de gobierno actualmente, en su parte específica exige como nunca la necesidad de hablar idiomas nativos -considerando que el principal es castellano-, en particular de los tres idiomas regionales más grandes, de los 37 que se considera en su totalidad. Pero la Ley General de Derechos y Políticas Lingüísticas (2012), cuando solamente atina al nivel comunicativo de cualquier idioma regional, en particular para los servidores públicos, ya condicionó una meta mediocre. La misma élite política actual, impulsora y reivindicadora de los idiomas ya nacionales: aymara, quechua y guaraní; la que exige a su vez al pueblo, ha demostrado ser un fiasco total. Para camuflar tal traspié intentan distraer ahora con arrogancia y libretos mañosos.
Falta mucho por afianzar el nivel competitivo escolar y universitario en Bolivia -debiendo lograrse mínimamente una universidad con programas doctorales, empezando por el manejo pertinente de los idiomas oficiales. Y la lista de tareas ahora es más amplia, comprometiéndose otro idioma más, el de mayor desarrollo, con el cual la ciencia y tecnología como ulteriores son/serán codificados: el inglés. Igualmente falta apropiarse en mucho de la matemática en todos los niveles, hasta que nos permita, pues, de por sí acercarnos al cambio y desarrollo tangible entonces.
Sin embargo, la élite política gobernante está desconectada de la noción de una verdadera institución escolar, universitaria -por no mencionar a otras instituciones paupérrimas-; más al contrario y caprichosamente, se privilegia recursos para actividades políticas suyas, con el fin de perpetuarse en el poder, siguiendo el libreto del marxismo-leninismo totalitario fracasado, pero así no será posible asegurar ni el manejo básico del aymara ni de la matemática.
rami_lund99@hotmail.com
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |