El Chapare y la producción de cocaína

El aterrizaje de una avioneta de narcotráfico en un carretera vecinal cerca de San Rafael de Villa Tunari, Chapare, dio lugar a una represión armada de los cocaleros del lugar contra efectivos de Umopar, cuando éstos se aprestaban a intervenir dicha avioneta, recibiendo disparos de los intrusos y de los cocaleros. El resultado es de 9 heridos efectivos de la Unidad Móvil, 2 graves y un muerto, aún sin esclarecerse si era parte de los narcos o del grupo de la indicada Unidad. Se trata de otra evidencia de que el Chapare es un gran centro que no solo dota de materia prima al narcotráfico, sino que es un inmenso laboratorio de cocaína.

Esta vez se encontró en los alrededores de San Rafael 10 pozas de maceración de coca y 3 laboratorios sofisticados de clorhidrato de droga. Cabe imaginar cuán numeroso es este ilícito en las decenas de comunidades del Chapare. En 2018 Cochabamba aventajó con gran número en factorías de cocaína a Santa Cruz, que hasta entonces llevaba la delantera.

El ataque a Umopar -reducido a la humillación- a manos de la turba cocalera es una muestra de que el Chapare, no de ahora sino hace rato, es un Estado dentro del Estado, gobernado por el sindicato (falsa denominación) de cada comunidad. No existe ingreso libre a su territorio sin autorización sindical. Sus dominios se extienden al Tipnis. Se recuerda que en 2018 no pudo ingresar a esa región la comisión de un acreditado organismo privado internacional defensor de los derechos humanos. El veto tuvo lugar inclusive en presencia de oficiales de la Policía Nacional, en flagrante traslado de autoridad. Últimamente el candidato Carlos Mesa fue también prohibido de efectuar proselitismo en el Chapare.

La detención de 7 de los presuntos autores del hecho por determinación del juez de Entre Ríos, hace temer por la suerte que correrá esa autoridad si tarda en revocar su fallo, segura víctima de amenazas de las poderosas organizaciones cocaleras. Consultas hechas a oficiales de la Policía destinados a la zona, acerca de que si el Gobierno les impedía el cumplimiento de su deber en el trópico cochabambino, respondieron que no era el Gobierno, sino que debían contar con la venia sindical.

La no llegada de toda la coca chapareña a los retenes de control para su comercialización, en gran parte se origina en que la producción de la materia prima se insume en el propio lugar para la elaboración del alcaloide. No es la primera vez que se discute sobre la dualidad del Jefe de Estado, como presidente del país y a la vez presidente de las Seis Federaciones Productoras de Coca del Chapare. Dicha ambivalencia es la mejor garantía y respaldo a favor del Chapare.

No se puede hacer de la vista gorda ante ese antecedente de cara a la comunidad internacional, preocupada por uno de los más graves problemas y agresiones que la humanidad sufre a causa de los estupefacientes. Parece llegada la hora decisiva de que el presidente Evo Morales tome una decisión, equivalente al “ser o no ser” hamletiano. Decisión de la que él saldrá ganador, liberando del ultraje a la imagen del país.