Reto educativo, de la mano de las TIC

La personalización del aprendizaje es una necesidad latente, no solo en el entorno educativo sino también en nuestra sociedad. Los cambios con velocidad vertiginosa y la transformación de paradigma en los objetivos de la educación han provocado que todos los agentes implicados en la enseñanza nos hayamos planteado cómo abordar la personalización del aprendizaje.

Mediante el uso de tecnologías, el estudiante se convierte en verdadero protagonista del trabajo en el aula porque se le abren las puertas para investigar, crear, presentar, y todo ello conduce al aprendizaje por descubrimiento, al aprendizaje motivado, al trabajo colaborativo real, etc. Esto conlleva al desarrollo de las competencias y habilidades del Siglo XXI y, además, facilita la atención a la diversidad en tanto que las tecnologías permiten la personalización del aprendizaje.

La educación personalizada debe marcarse unos retos que puedan dar respuesta a las necesidades que hemos indicado anteriormente. Por una parte, los retos pasan por facilitar herramientas a la comunidad educativa que permitan atender esa creciente diversificación existente, pero a su vez que eso no signifique un incremento en el tiempo de dedicación a la preparación de las lecciones correspondientes.

Es decir, un correcto uso de las TIC, con unas adecuadas herramientas, debería reducir el tiempo que el profesorado dedica a la preparación de lecciones y, como consecuencia, otorgarle más tiempo para poder personalizar la enseñanza a diferentes estudiantes o grupos de ellos.

En cuanto a los estudiantes, el reto que se plantea con las TIC es que la educación personalizada pueda contribuir a la reducción del abandono escolar, así como a la motivación hacia las materias científicas y técnicas, que en la actualidad se ha convertido en un problema grave para la sociedad del futuro. Por eso, más que nunca, es necesaria una metodología que facilite la motivación hacia estas materias, ya sea desde el nivel primario, y no produzca descorazonamiento ante la dificultad a medida que asciende hacia el nivel secundario.

El Aprendizaje Basado en Proyectos es una metodología de aprendizaje activo, centrada en la investigación y la reflexión por parte del estudiante, una realidad instalada en muchas escuelas, que han adoptado cómodamente la fórmula de acercar el conocimiento a los estudiantes de manera experiencial e innovadora.

Dicho aprendizaje está basado en el descubrimiento de contenidos a través de diferentes formatos, mediante los cuales el mismo alumno los va buscando, trabajando y aplicando. Esto, indudablemente, conlleva a que sea este alumno quien, de forma directa, personalice su propio aprendizaje, pero también de forma indirecta puede estar liderado por el mismo profesor, ya que puede ofrecer diferentes caminos según el grado de personalización que crea es necesario en su clase.

En este sentido, hay plataformas que facilitan y enriquecen el trabajo por proyectos en todas las etapas educativas. Con estas plataformas, por ejemplo, los proyectos conectan con la realidad y el entorno del estudiante, con sus intereses y sus motivaciones. Son proyectos con un enfoque interdisciplinario y esto permite que el estudiante vea que lo que sucede en el aula tiene su proyección en lo que vive fuera del colegio. En estos proyectos, la coevaluación, la autoevaluación y la evaluación auténtica cobran verdadero significado, lo que se aúna en la conciencia del propio estudiante y lo motiva.

Una plataforma tecnológica puede ofrecer la posibilidad de integrar otras metodologías educativas activas, como las rutinas y destrezas de pensamiento, la gamificación, el trabajo cooperativo, el flipped classroom, etc., que ayudan a la formación integral de la persona. Esta tecnología permite también a los usuarios editar los proyectos ya existentes y crear nuevos desde cero, así como organizar proyectos por fases, siguiendo una metodología.

Pero la esencia clave es que los estudiantes de primaria sienten que el aprendizaje se convierte en una experiencia de construcción interior, porque aprenden a aprender, una valiosa habilidad que los acompañará toda su vida. Ellos se erigen en artífices de su propio aprendizaje y esto motiva a los más capacitados, a la vez que estimula a aquellos estudiantes con dificultades de aprendizaje.

Los educadores tenemos la más noble de las profesiones, que requiere de gran responsabilidad. La formación continua es necesaria para estar en contacto con las últimas novedades y experiencias que emergen en el campo de la educación y la tecnología.

El aprendizaje personalizado no consiste necesariamente en hacer planes de aprendizaje para cada estudiante. Si a un estudiante se le da la posibilidad de escoger entre diferentes estrategias o medios para lograr su objetivo, como ver un vídeo o realizarlo él mismo, como interpretar una obra o dibujarla él mismo, estamos abriendo la puerta a su camino hacia el éxito. Al ofrecer a los estudiantes diferentes opciones de formato, gracias a las TIC, apelamos a la variedad de sus inteligencias múltiples y conseguimos que el aprendizaje sea más efectivo, adecuándose a sus necesidades y demandas.