Comumiación en un solo sentido para educar a tus hijos

Una vez al día, puedes practicar con cada uno de tus hijos, la comunicación en un solo sentido. Se trata de una práctica de limpieza emocional o positividad.

Sólo se tarda cinco minutos, las personas deben estar sentadas, con la mente serena. El hijo debe oír, sólo oír y la mamá o el papá deben hablar con tono tranquilo, positivo y absolutamente sincero y transmitir a su hijo o a su hija un mensaje sincero para que viva un día de vida en estado de tranquilidad, de éxito.

Estos pequeños ejercicios de comunicación en un solo sentido tienen una cualidad maravillosa, que permite una pequeña comunicación que se caracteriza por la sinceridad, por la forma externa en que sucede y por los resultados de contacto profundo que se producen entre padres e hijos.

En general, la comunicación entre padres e hijos suele estar muy deteriorada y es por eso que muchos de los hijos viven distantes, con sus mentes lejanas y sus celulares en las manos, dando lugar a que la conexión con los papás sea nula o absolutamente falsa.

La comunicación entre padres e hijos es absolutamente necesaria para que el destino de los hijos sea positivo, triunfador y progresista, a través del aprendizaje diario.

Si los hijos están bloqueados por resentimientos, por experiencias negativas, propias de su edad, o simplemente por su propia actitud negativa, el ejercicio de un solo sentido, puede ayudar a restaurar esa enorme distancia, siempre y cuando se persevere y mejore la técnica.

Con estos ejercicios, podemos crear puentes hasta el corazón de nuestros hijos, para poder hablarles con sinceridad y para poder instruirles y transferirles todos los conocimientos que adquirimos a través de la experiencia y de nuestro propio proceso de vivir.

El hijo que está experimentando la comunicación de un solo sentido, no debe contestar ni una sola palabra, al comienzo, al final ni durante el ejercicio. Aunque parezca extraño, el ejercicio funciona porque va disolviendo todos los pensamientos negativos que la persona joven tiene y que atribuye a sus progenitores.

Para que puedas implementar en tu vida este ejercicio, debes comunicarle a tu hijo o a tus hijos, la decisión que acabas de tomar y crear el horario correcto para realizar el ejercicio. Si perseveras y consigues mantener la práctica por más de tres semanas, notarás unos cambios de conciencia increíbles tanto en tus hijos como en ti mismo.

Para finalizar, hazle hablar a tu corazón en positivo, enseña y comunica al ser querido la idea que quieres trasmitirle.