Nadie en el país podría negar que la deforestación genera muchos males; el bosque es un bien desperdiciado por quienes creen que atentando contra la naturaleza “ganan espacios” para la agricultura que sirva al bienestar del hombre. Nos referimos a personas que creen que la destrucción de bosques, selvas, arboledas en ciudades y pueblos, atentados contra plantas y vegetales de toda clase y otros son “necesarios” para la vida humana y animal; pero así se tenga conciencia del mal que hacen, el fuego y las aguas anulan completamente las expectativas y esperanzas, porque ambos extremos dañan todo lo que se siembra, cultiva y cuida para lograr beneficios.
Instituciones de toda laya en el mundo han realizado estudios sobre los daños que se hace al orbe en general con la destrucción de lo que es vida, alimento y fortaleza del medio ambiente, que es alma y vida de la misma naturaleza; razón de ser de todo ser viviente. Así como otras instituciones, la NASA -Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio- de los Estados Unidos alertó al mundo sobre los peligros que irroga la indiscriminada e imparable deforestación que se hace, especialmente por la pérdida de áreas boscosas. Se refiere el estudio e informe especialmente a Bolivia, Madagascar y Ecuador, durante el “tercer trimestre de 2013”, por los atentados contra las regiones boscosas.
Para el caso de Bolivia, indica: “La deforestación en solo tres meses llegó a 167 por ciento más que la registrada en el mismo período del año anterior”. Añade: “Bolivia sigue siendo uno de los países con mayor deforestación per cápita del mundo, lo que causa alarma entre los ambientalistas”. Por su parte, la Fundación alemana Friedrich Ebert Stiftung informó: “Bolivia pierde anualmente 350 mil hectáreas de bosques debido a actividades tanto legales como clandestinas. Esas 350 mil hectáreas implican unos 320 metros cuadrados por persona de pérdida de bosque al año, una de las más altas del mundo. Y representa, según esta entidad (FES), unas 20 veces más que el promedio mundial, que es de 16 metros cuadrados por persona. Con este ritmo, que no se ha reducido en los últimos años, sino aumentado, los bosques de Bolivia podrían desaparecer para el año 2100”.
Hay hechos que determinan el empobrecimiento de las tierras de cultivo y ello obliga a campesinos e indígenas a derribar árboles para contar con tierras aptas para la agricultura. Por otra parte, no hay que olvidar la acción criminal de los pisadores de coca y la preparación de lo que será convertido en pasta base y luego cocaína cristalizada; ellos destruyen partes importantes de los bosques y, además, derraman sobrantes de precursores que también envenenan la tierra. Estos problemas no son resueltos por ninguna autoridad y el narcotráfico aprovecha esos descuidos para continuar con su letal tarea de envenenar la tierra y las aguas. Sería importante que se adopte medidas drásticas contra quienes destruyen tierras de cultivo, bosques y vegetación.
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