EEUU, estrella petrolera mundial

Estados Unidos, bajo la consigna de “ser grande otra vez”, ahora nuevamente es una potencial mundial en lo que se refiere a la producción de petróleo y las perspectivas de su crecimiento en ese sentido y otros, permiten prever importantes acontecimientos planetarios.

El descubrimiento y la explotación en su territorio de Texas de la llamada Cuenca Pérmica han catapultado a la potencia del Norte a poseer el segundo campo petrolero más productivo del mundo y le han permitido reducir sus importaciones, y convertirse en exportador, después de cincuenta años. Por si fuera poco, al disponer de ese poder, ha hecho bajar los precios globales a casi la mitad y en el mundo diplomático se ha permitido imponer sanciones a Irán y Venezuela.

La OPEP, que siempre creyó que era invulnerable, ha debido reconocer que Estados Unidos se ha convertido en una “estrella a nivel mundial” y que con una producción de cuatro millones de barriles en la Cuenca Pérmica, se pondrá por encima de Arabia Saudita e Irak. En esa perspectiva, Estados Unidos se perfila como el segundo productor mundial de petróleo, más a corto que a mediano plazo.

Tan notable actividad será posible debido a que nuevas tecnologías en la Cuenca Pérmica permitirán aprovechar otros campos de enorme tamaño, con gruesas capas de esquisto y su proximidad a refinerías en el golfo de México.

Tan notables características inclusive podrían determinar un nuevo bajón del precio del barril del petróleo de unos 70 dólares el barril a 40 dólares o menos, algo ya visible, pues los productores de petróleo están construyendo 15 oleoductos y gasoductos para cuadruplicar las exportaciones por el golfo de México hasta el nivel de 8 millones de barriles diarios. Al mismo tiempo, los inversores americanos consideran que tanta producción de petróleo podría causar que los precios bajen tanto que pongan en peligro su rentabilidad. Y habría reacciones agresivas de la OPEP y Rusia.

Una posible nueva caída precios del petróleo afectaría a países latinoamericanos, como Bolivia, Venezuela y México, que hasta dos años atrás tenían economías que giraban con el precio de 150 dólares el barril.