Curiosamente, la ola de calor no tuvo el mismo efecto en todos los grupos de delfines. Los delfines que usan esponjas como herramientas, una técnica de forrajeo socialmente aprendida que ayuda a los delfines a ubicar alimentos en aguas profundas, no se vieron tan afectados como los que no usan esta técnica.
"Sin embargo, nuestro trabajo plantea la preocupación de que estos eventos repentinos puedan tener efectos negativos a largo plazo, incluso en grupos de mamíferos marinos que se suelen adaptarse bien a las nuevas condiciones ambientales", apuntó la experta Sonja Wild.
Los investigadores de UZH muestran en su estudio que las olas de calor marino no solo afectan a los organismos en los niveles más bajos de la cadena alimentaria, sino que también pueden tener consecuencias considerables a largo plazo para los animales en la parte superior, como los delfines.
"Es probable que las olas de calor marinas se produzcan con más frecuencia en el futuro debido al cambio climático", alerta el líder del estudio, Michael Krützen, profesor del Departamento de Antropología de UZH. "Esto es preocupante no solo por las perspectivas a largo plazo de las poblaciones de mamíferos marinos, sino también por todos los ecosistemas oceánicos", sentenció.