Registro
La oposición venezolana dio inicio este sábado a la “Operación Libertad”, un esfuerzo opositor extremo para conseguir que los militares renuncien al apoyo que brindan a Nicolás Maduro, y se sumen a la campaña para apartarlo del poder. La iniciativa ocurre a pesar del desánimo que empieza a manifestarse sobre el uso de medios exclusivamente pacíficos para derrotar al dictador y dar curso a una reinstitucionalización menos traumática de la patria de Bolívar y Sucre al cabo de 20 años de Socialismo del Siglo XXI.
Hasta ahora no han tenido resultado las manifestaciones masivas contra la dictadura, en cuya vida diaria no parece preocuparle que 54 países hayan reconocido a Juan Guaidó como presidente legítimo y desconocido a Maduro. Los observadores creen que esa indiferencia responde a un instinto de preservación, apoyado en la enorme desproporción entre una población desarmada y un ejército de los mejor pertrechados y más modernos de América Latina que, en los últimos años, no ha trepidado en salir a las calles para apuntalar al acosado régimen de Maduro.
Diseñado para disuadir cualquier amenaza desde Colombia, con la que, en el diseño de Bolívar, conformaba una sola nación, y Guyana, en el suroriente, de quien los venezolanos reclaman el territorio del Esequibo (dos terceras partes del territorio guyanés), las armas venezolanas han adquirido lo más moderno que ofrece la industria armamentista, inclusive aviones supersónicos de Estados Unidos y de Rusia, pasando por vehículos livianos y aviones Pucara fabricados por Brasil.
Guaidó asumió el mando el 23 de enero ante una multitud cansada de un régimen que provocó grandes esperanzas en sus orígenes, hace 20 años, y cuyos fracasos incluyeron el pasado mes la ausencia de luz, que dejó durante días a todo el país sin energía y sumido en la oscuridad. Guaidó, presidente de la Asamblea Legislativa, fue literalmente empujado al timón del país por una multitud ansiosa de relevos que ese día lo vitoreaba durante una manifestación en las calles de Caracas.
La fecha está llena de simbolismo en la historia venezolana, pues aquel el día fue derrotada la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, quien huyó del país cuando fueron vencidas las fuerzas de su policía política.
De la Venezuela del Socialismo del Siglo XXI han emigrado millones (3,4 millones han salido del país forzados por la hecatombe económica y la persecución política, según los informes más recientes de organizaciones para refugiados). Hasta fines de año, se calcula que habrá más de cuatro millones de refugiados. Nunca en la historia de la región Sudamericana hubo semejante alud de emigrantes.
Temeroso de que en una justa electoral dirimitoria perdería por amplios márgenes, Maduro ha rehusado atender los reclamos para someterse a una elección. (Las que celebró el año pasado son vistas unánimemente como tramposas, manipuladas para hacerlo ganar). Bolivia y Nicaragua son los únicos países en Sudamérica y América Central que respaldan a Maduro. Mientras para Nicaragua la sincronía política con el régimen de Maduro está visible en la conmoción interna que afecta al régimen de Daniel Ortega, aún no está claro lo que podría representar ese apoyo para Bolivia.
Hace un par de semanas comenzaron a sentirse los efectos de las sanciones impuestas por Estados Unidos sobre el petróleo venezolano, la vena yugular de la economía que preside Maduro, para doblegar a su régimen y obligarlo a ceder a las demandas a favor de elecciones libres. Las sanciones, que no permiten importar repuestos, que se suman a la ausencia masiva de técnicos y especialistas, despedidos o fuera del país por falta de oportunidades, se han agravado estos días con la decisión de Washington de extenderlas a los barcos petroleros que transportan combustible. El blanco principal de esa medida son los que transportan petróleo a Cuba, esencial para la isla.
Con esto, la crisis venezolana ha entrado a un nuevo círculo. El petróleo que envía a Cuba (entre 20.000 y 50.000 barriles diarios, según cifras citadas por The New York Times) es solo una porción de los 100.000-120.000 barriles diarios que enviaba hasta hace un par de años con precio subvencionado o retributivo por la presencia de técnicos y médicos cubanos en Venezuela a título de asesores. Desde la desaparición de la URSS, hace casi 30 años, Venezuela ha sido el sostén económico fundamental de Cuba. Sin ese apoyo, disminuido y ahora a punto de desaparecer con el bloqueo impuesto por USA, el futuro económico de la isla es otra incógnita del naufragio venezolano.
Es en ese marco que empieza otra vuelta para el régimen de Maduro.
http://haroldolmos.wordpress.com
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |