Javier López Soria
En Bolivia desde hace muchos años se han estado cerrando casi todas sus industrias importantes, especialmente a nivel de las ciudades de La Paz y Oruro, tal es el caso de Soligno, Forno, Volcán, Figliossi, Manhatan, Hilbo, Ferrari Ghessi y otras empresas que generaban empleo y uso de materias primas nacionales.
Hoy ante la falta de fuentes de trabajo gran cantidad de la población se ha dedicado al comercio informal, podemos resaltar el comercio de la ropa usada, de artículos que se prohíbe importar y por ende lo está su comercialización en el país. Sin embargo miles de toneladas de ropa usada entran por las fronteras de nuestro país. Un comercio que en un principio se localizaba en la Feria de la Zona 16 de Julio de la ciudad de El Alto, hoy se extendió por toda la ciudad. Por ello locales de venta de ropa usada podemos encontrarlos en todo el centro de la ciudad de La Paz, así como en los barrios residenciales de Calacoto, en especial en San Miguel. Este comercio se ha extendido a todas las ciudades y pueblos del país. Hoy podemos ver que calles o avenidas en ciudades fronterizas, como Cobija, Guayaramerín, Yacuiba y Villazón, son centros de comercio para atender a los habitantes de países vecinos.
Esta actividad está compuesta por unos 500 mil comerciantes, lo que significa unos dos millones de personas, por lo bajo, considerando que cada comerciante tiene una familia de cuatro personas.
Podemos considerar que otra cantidad de gente se ha dedicado al contrabando de vehículos llamados truchos, porque no están registrados en la Aduana, tampoco en los municipios. Estos motorizados ingresan al país principalmente por la frontera de Bolivia con Chile, siendo el mayor centro de corrupción de aduaneros, policías y miembros de las fuerzas armadas que tienen a su cargo el control de fronteras. En todas las poblaciones pequeñas y medianas del país hay gran presencia de vehículos ilegales, por los cuales no se paga tributo al país mediante los aduaneros y menos los municipales. No existe una estadística que determine la cantidad de vehículos indocumentados que se encuentran dentro del territorio nacional, pero se debe considerar que son miles, muchos de éstos son carros robados en los países vecinos e ingresan al país a cambio de droga o son vendidos con precios muy bajos, según sus características.
No faltan quienes ingresan al narcotráfico, que en los últimos años ha crecido en forma alarmante. Como principio podemos indicar que un taque de hojas secas de coca de 50 libras hace 13 años costaba 250 bolivianos, hoy ese mismo taque cuesta 1.500 Bs, o sea una libra que costaba 10 bolivianos hoy cuesta 40 bolivianos. La presencia de coca elaborada en Perú, es cada día más frecuente, especialmente por vía aérea. En el año pasado Perú denunció aproximadamente 200 vuelos de avionetas de Bolivia a ese país para recoger materia prima. Autoridades del Gobierno dijeron que en el norte del Departamento de La Paz hay más de cien pistas clandestinas.
Sabemos que tanto autoridades de Brasil, Argentina y Chile se encuentran muy preocupadas por el ingreso de sustancias derivadas de la coca y últimamente marihuana procedente de nuestro país.
No sabemos qué volumen de ropa usada ingresa, tampoco cuántos motorizados son introducidos al país y qué cantidad sale de productos ilícitos y cuánto representa en dinero, pero fácilmente se observa que los ingresos de muchos pobladores se han multiplicado y hoy viven en situación económica envidiable, gracias al contrabando y la comercialización de estos productos.
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