Diversas organizaciones argentinas realizaron el domingo 24 de marzo una masiva concentración y marcha que congregó a miles de personas que pidieron que las autoridades “protejan al niño desde su concepción”. Este tipo de manifestaciones son continuas en diversos sitios de ese país, porque en la mayoría de los casos se considera que el derecho a la vida nadie puede restañar, anular o siquiera desconocer; que la vida, para “todos los argentinos es algo sagrado y debe respetarse”, ya que muchos de los niños mueren debido a acciones abortivas.
El aborto es un mal que siega la vida a millones de niños en todo el mundo; sin embargo, en muchísimos países el aborto está prohibido y los contraventores encarcelados; pero, haciendo uso del dicho “hecha la ley, hecha la trampa”, no faltan quienes violan las disposiciones y utilizando parteras y hasta médicos y estudiantes de medicina, violan las disposiciones y, por razones económicas, se prestan a realizar abortos.
El problema es grave no solamente para los argentinos sino para las poblaciones de todo el mundo, y los países de América Latina no han podido evitar este crimen que se comete con miles de niños que son destruidos en el mismo vientre materno segando su vida y, además, causando serios trastornos en el cuerpo de la madre, porque hollar las entrañas de una mujer, introduciendo instrumentos que forzosamente tienen que dañar el organismo, es un atentado muy serio que, más temprano que tarde, puede acarrear serias consecuencias para las mujeres que se someten al aborto.
Muchas veces se ha sostenido la urgencia de realizar campañas de educación en colegios, universidades e instituciones que albergan a mujeres para convencerlas de la urgencia de evitar el aborto, no solamente por el hecho de quitar la vida a un ser vivo, sino por los múltiples perjuicios que se causa a la madre. Lamentablemente, en la mayoría de los casos, se hace caso omiso a las recomendaciones porque, simplemente, parece que no hay conciencia en las mismas mujeres, que se prestan al inhumano servicio que les hacen quienes intervienen en las operaciones.
El aborto es un crimen que quita la vida que Dios otorgó a un ser humano; es un bien para la mujer que, al permitirle ser madre adquiere la condición de un ser extraordinario y protegido por la Providencia; el aborto es mal que lastima lo más profundo del alma humana y es la Iglesia, conjuntamente muchas creencias religiosas del mundo, que condena el aborto, porque lo considera como atentado en contra de Dios, de la vida del niño y alevoso y criminal con la salud y la vida de las mujeres. Los argentinos - donde también hay partidarios del aborto- en su mayoría lo condenan y piden que las autoridades adopten las medidas más convenientes para evitar semejante atentado a la vida y, a la corta o a la larga, destructor de la salud de las mujeres que acortan su vida, restándole su presencia y amor al resto de sus hijos.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |