Hace meses la Biblioteca del Bicentenario de Bolivia hizo la “presentación” de una nueva re edición, en la plaza de Sorata, del libro “La Lengua de Adán”, del autor Emeterio Villamil de Rada. La Biblioteca para estas re ediciones, eligió los 200 libros más importantes de la historia de Bolivia, es así pues, que entendemos la importancia de este texto para la historia de Bolivia y tal vez del mundo.
Emeterio Villamil de Rada nació en Sorata, el 3 de mayo de 1804 y falleció en Río de Janeiro-Brasil en 1880. Sus padres fueron doña Isidora Rada y don Ildelfonso Villamil, personas muy acomodadas.
Emeterio fue políglota (hablaba muy bien 22 idiomas y otros 10 medianamente), filólogo (lingüista), empresario, político, investigador y escritor. Estudió en el Seminario de la ciudad de La Paz, adquiriendo conocimientos de latín y religión, empleando el método de estudio memorístico, propio de esa época.
Se dice que en 1825, dio un discurso de bienvenida en la ciudad de La Paz, a Simón Bolívar y Antonio José de Sucre.
En 1826, gracias a su posición económica muy acomodada, acompañó a Lord Behring (etnógrafo y filólogo), trasladándose a Londres-Europa, donde prosiguió estudios relacionados al griego, latín, inglés, sánscrito y otros. Asimismo aprovechó la oportunidad para visitar varias ciudades, incluida París.
Emeterio retornó a Bolivia en 1833, recibiendo de la Universidad San Andrés el título de Doctor en Bellas Artes, ejerciendo la docencia en literatura. Ulteriormente incursionó en la política llegando al cargo de diputado.
Por otro lado irrumpió también como empresario minero en el rubro del cobre, actividad que después abandonó.
Por problemas políticos, Emeterio tuvo que salir de Bolivia y vivió en Lima-Perú, uniéndose en matrimonio en 1842, así nació de esa unión Octavio, el cual posteriormente falleció. Prosiguió sus actividades empresariales, en el norte peruano, esta vez en el rubro de la quina, pero no le fue bien. Más tarde se trasladó a San Francisco-California en Norteamérica, donde formó un periódico que editaba en cuatro idiomas, actividad que le redituó muy bien económicamente, fortuna que la invirtió en la importación de casas de madera desde New York, pero debido a un incendio, Emeterio quedó en la calle.
Posteriormente viaja a México, donde empresarialmente continúa fracasando. Acompañado por un pastor decide emigrar hacia Sídney-Australia, donde laboralmente solo le espera el sufrimiento, pero logra aprender algunas lenguas del lugar.
Regresa a Bolivia en 1856 y es elegido diputado nacional por Sorata. Pugnas políticas le obligan a huir al Perú. En 1861 retorna a Bolivia y funda el periódico, “La Bandera Tricolor”.
En 1861 es diputado nuevamente, e incursiona como empresario aurífero en Tipuani, como su padre lo había hecho décadas antes.
Es nombrado comisario demarcador de los límites entre Bolivia y Brasil fijando su residencia en Río de Janeiro-Brasil, donde conoce al barón de Cabo Frío.
Se dice que en Brasil logra escribir obras literarias, gran parte de este su trabajo envía a Bolivia y por los azares de la vida, se quema en el incendio del 20 de marzo de 1875 en el Palacio Quemado de la Plaza Murillo. En vista de que nadie había puesto interés en su trabajo literario, en 1880, muy deprimido, pobre y viejo, se suicida en Río de Janeiro.
Según el estudioso Nicolás Acosta, la obra de Villamil de Rada incluía obras como: “El sistema de la primitividad americana”, “Nacionalidades americanas emanando del Perú”, “La localidad del Edén y su mapa de los cuatro ríos que designa con precisión el Génesis”, “La historia prehistórica, generante de la ulterior”, “Introducción al vocabulario en aymara teutónico”, “De los radicales aymaras en lenguas arianas”, etc. Se dice que todos estos trabajos debían conformar una obra denominada “La filosofía de la humanidad”.
Empero, con el tiempo, de las obras de Emeterio Villamil de Rada, se logró recuperar o elaborar una, denominada “La lengua de Adán y el hombre de Tiahuanaco”, obra donde Emeterio lanza su “teoría”, mencionando que la lengua aymara pudiese ser la primera lengua en hablarse sobre la Tierra, de la cual emergieron otras.
Recordemos que el 24 de noviembre de 1859, lanzó su teoría sobre “el origen de las especies”, Charles Darwin. Desde esos tiempos hasta ahora existen dos teorías acerca del “origen de las especies”, una es la “creacionista” que dice que un Dios creó todos los animales sobre la Tierra y la “teoría evolucionista” que dice que sobre la Tierra apareció un animal del cual todos evolucionaron.
Seguramente Villamil de Rada, siguiendo esa lógica, antes de 1880 (después de Charles Darwin), debió plantearse que sobre la Tierra debió aparecer en primera instancia una lengua, de la cual evolucionaron las demás. Seguramente la primera lengua en aparecer sobre la Tierra debió de ser muy simple, nada compleja (¿el aymara?).
Asimismo en consecuencia, el “relato de la historia de Adán y Eva” debió transcurrir en la lengua aymara (los personajes de Adán y Eva hablaban aymara).
Por otro lado, comparando “lingüísticamente” los nombres actuales de algunos de los ríos de la provincia Larecaja (Mapiri, Tipuani, Challasuyo, Challana y Coroico), con los nombres de los ríos que circundaban el “Edén” bíblico (Tigris = Coroico, Eufrates = Mapiri, Phison = Tipuani y Gehon = Challana o tal vez Challasuyo), Emeterio ubica al “paraíso terrenal” con un centro en Sorata y siquiera con un radio de por lo menos cien kilómetros alrededor, especialmente hacia el noreste…
Para los amantes de la literatura y el aymara, la obra se encuentra a la venta en la calle Capitán Ravelo 2445 de la ciudad de la Paz.
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