Israel Camacho Monje
Ante la resolución del Senado de los Estados Unidos de Norteamérica, que observó la antidemocrática e inconstitucional postulación del presidente de nuestro país, Evo Morales Ayma, para las próximas elecciones generales a realizarse en octubre del presente año, para el período constitucional 2020-25, lo que implicaría dar paso a una reelección indefinida, ha surgido la voz de protesta del canciller Diego Pary, quien públicamente declaró que somos un país independiente y soberano y que rechazamos la injerencia extranjera en los problemas internos de nuestro país.
Y por la seriedad que amerita el caso, transcribimos la parte más importante de dicha declaración.
“Nosotros somos un país independiente, un país soberano, que hacemos ejercicio de nuestra soberanía y que nos debemos a la decisión del pueblo boliviano”.
Ahora bien, como se habrá dado cuenta el lector, el contrasentido del canciller Pary salta a la vista cuando dice, por un lado, que somos un país INDEPENDIENTE, lo que según el diccionario Larousse quiere decir: “Que no depende de nada y de nadie”. Y cuando dice que somos un país SOBERANO, quiere decir: “Estado cuyo gobierno no está sometido al control o a la tutela de otro gobierno”.
Y en ambos casos la respuesta es la misma, y que involuntariamente reconoce el canciller Pary cuando dice: “y que nos debemos a la decisión del pueblo boliviano”.
Decisión clara y contundentemente reflejada en el Referéndum del 21 de febrero del año 2016, cuando el pueblo de Bolivia dijo ¡NO a la cuarta repostulación de Evo Morales y de Álvaro García Linera!
Esa decisión del pueblo todo de Bolivia está amparada en la Constitución Política del Estado, y que dice en su Artículo 7: “La soberanía reside en el pueblo boliviano, se ejerce de forma directa y delegada. De ella emanan, por delegación, las funciones y atribuciones de los órganos del poder público; es inalienable e imprescriptible”.
Así como también en su Artículo 168 dice: “El periodo de mandato de la Presidenta o del Presidente y de la Vicepresidenta o del Vicepresidente del Estado es de cinco años, y pueden ser reelectas o ser reelectos por una sola vez de manera continua”.
Y… por último, el ciudadano común boliviano vislumbra que de aquí a unos pocos meses, si el gobierno actual respeta la Constitución Política del Estado, la familia boliviana nuevamente podrá vivir en democracia, paz, armonía y tranquilidad ciudadana. ¿Verdad que sí?
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