Cosi fan tutte de Mozart

Con satisfacción asistimos a la última presentación de esta ópera bufa de Wolfgang Amadeus Mozart. Fue en el teatro Nuna, muy pequeño y más parecía improvisado, pero con el paso de las escenas fue gustando la obra del género bufo, que seguramente no es el más conocido por nuestro público, más familiarizado con la ópera lírica propiamente, es decir de autores como Verdi, Puccini, Bellini y otros, con sus dramas trágicos.

Nuestro público cada vez se muestra menos cercano a la ópera en los últimos tiempos que antes, primero por la falta de un teatro apropiado que satisfaga sus exigencias y después por la ausencia de líderes musicales que aviven el fascinante mundo del bell canto, que llega a niveles descollantes en otros países, especialmente europeos, donde ha vuelto con más fuerza la pasión por la música de las voces de oro, que pródigamente vibran en entornos casi divinos.

Los seis protagonistas de la obra ejercen su papel con soltura y esplendor, las voces de Susana Renjel y Sofía Ayala destacaron como antes en otras presentaciones, con voces muy afinadas y melodiosas. Alejandra Pareja, en el papel de Despina, igualmente encantó con su desempeño en sus dobles papeles. No podemos dejar de mencionar a Pablo Estrada, Rafael Aguilar y Yamil Choquehuanca cumpliendo cabalmente su rol.

La pequeña orquesta, adecuadamente acomodada al espacio del escenario improvisado, fue impecablemente dirigida por Andrés Fernández y la dirección escénica de Mauricio Toledo merece un elogio separado, pues constituye en realidad la base para construir una ópera permanente en esta ciudad.

Una falla, subsanable en posteriores funciones, fue la falta de un libreto u hoja ilustrativa sobre el argumento de la obra, que los asistentes teníamos que adivinar o intuir, porque el letrero que colocaron atrás, en la parte alta del escenario, no se alcanzaba a leer. El argumento de Cosi fan tutte (Así hacen todas o La escuela de los amantes) es casi pueril, sin embargo es una cuestión de permanente suceso en las relaciones de pareja, como es la inseguridad sobre la fidelidad que aqueja a éstas, cuya preocupación inspira enredos jocosos.

Tenemos que reconocer los esfuerzos de los organizadores de cada obra operística, que tienen que suplir y vencer también tantas deficiencias para ofrecernos espectáculos de calidad que despiertan el talento de tantas personas que se dedican a un arte de tanta trascendencia cultural y artística.

Aprovechamos estos comentarios para continuar con nuestro reclamo a las autoridades nacionales y municipales y clamar porque en la ciudad de La Paz se construya el Gran Teatro de la Ópera, donde tengamos el privilegio de disfrutar de la magia de la ópera, que ensalza todas las artes de la música, la danza, el canto, el drama y demás artes escénicas. Y, además, la urbe de La Paz como ciudad maravilla del mundo que es, merece acoger a los más grandes artistas del mundo.

bdlarltd@hormail.com