La Madre Tierra en la última década

El 22 de abril se conmemora un nuevo ‘Día Internacional de la Madre Tierra’. Si bien dicha fecha fue instaurada como ‘Día de la Tierra’ desde la década de los setenta del siglo pasado, adquirió su denominación actual en el año 2009; esto debido a las gestiones realizadas por el actual presidente de Bolivia, Evo Morales. El motivo del cambio de denominación estuvo relacionado con la necesidad de reconocer la interdependencia existente entre los seres humanos, las especies vivas y el planeta. De esa manera, se buscaba concientizar a la humanidad sobre la importancia de cuidar el planeta.

Un año después del cambio de denominación del ‘Día de la Tierra’ y las implicaciones que conllevó, Bolivia dio más pasos para proteger al medioambiente. El 21 de diciembre de 2010 se sancionó la ‘Ley de Derechos de la Madre Tierra’. De ese modo, el país fue uno de los primeros a nivel mundial en reconocer oficialmente a la Tierra como un sujeto con derechos. Entre los siete derechos planteados, se destaca el referido a la vida. A través de este derecho, se reafirma la necesidad de mantener la integridad de los sistemas de vida y los procesos naturales que los sustentan. Aunque dicha ley representó un gran adelanto en el área, la legislación boliviana no culminó ahí.

En el año 2012 se sancionó una nueva Ley Marco referente a la Tierra; se la denominó ‘Ley Marco de la Madre Tierra y Desarrollo Integral para Vivir Bien’. Mediante la misma se buscó el establecimiento de los fundamentos del desarrollo integral en armonía y equilibrio con la ‘Madre Tierra’. Entre sus artículos se encuentra el que hace referencia a las áreas protegidas. Al respecto, se instituye el fortalecimiento del Sistema de Áreas Protegidas como uno de los principales instrumentos de defensa de la ‘Madre Tierra’. De esa manera, complementa lo planteado en la ‘Ley de Medio Ambiente’ de 1992 en lo que se refiere a las áreas protegidas. En dicha ley se determina a las áreas protegidas como áreas naturales declaradas bajo protección del Estado con la finalidad de proteger y conservar la flora y fauna silvestre, recursos genéticos, ecosistemas naturales y cuencas hidrográficas, entre otros recursos.

Como se observa, en el período comprendido entre los años 2009 y 2012, Bolivia hizo grandes avances en la legislación relacionada con el medioambiente. La ‘Ley de Medio Ambiente’ de 1992 fue complementada por otras dos leyes dando mayor relevancia a la ‘Madre Tierra’. Fuera del país también se llevaron a cabo gestiones para que la comunidad internacional reconozca a la ‘Madre Tierra’ y a sus derechos. Sin embargo, con el paso del tiempo el accionar gubernamental se mostró contrario a todos los esfuerzos realizados para proteger a la ‘Madre Tierra’.

En el año 2011 ya se percibió este accionar cuando se intentó irrumpir en el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure para dar lugar a la construcción de una carretera. Como su nombre lo dice, dicho territorio es un Parque Nacional, una categoría de área protegida establecida en el Reglamento General de Áreas Protegidas de 1997. El principal objeto de dicha categoría es proteger los recursos de flora, fauna, geomorfológicos y paisajísticos; así como garantizar la continuidad de los procesos ecológicos y evolutivos de sus ecosistemas. A la fecha parece que el proyecto carretero se encuentra paralizado. Sin embargo, en ningún momento fue desestimado completamente, como se deduce de los diferentes discursos emitidos por las autoridades nacionales y que fueron publicados por la prensa nacional.

Otra amenaza de irrupción a las áreas protegidas se dio en el Madidi y en Pilón Lajas. Mientras el primero se trata de un Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado, el segundo está categorizado como una Reserva de la Biósfera. Pese a la importancia de ambas áreas, existe el proyecto hidroeléctrico de El Bala y Chepete que las pone en serio riesgo. La ejecución de dicho proyecto ocasionaría la inundación de grandes zonas en las áreas protegidas. Actualmente, el proyecto se encuentra aún en ese estado, como proyecto; sin embargo, tampoco fue desechado completamente.

Una tercera intervención a las áreas protegidas se encuentra en el sur del país. Es la más mediatizada en las últimas semanas; se trata de la Reserva Nacional de Tariquía. En este caso, se pretende ingresar al área protegida con el objeto de realizar la exploración de hidrocarburos. Expertos en medioambiente, poblaciones indígenas y las autoridades de Tarija han expresado su rechazo al proyecto por considerar que existirá un gran impacto ambiental en el área, que atentará contra la biodiversidad existente.

Basta mencionar los tres casos para comprender que el accionar gubernamental no corresponde a las gestiones internacionales realizadas ni al impulso normativo desarrollado en el país para defender a la ‘Madre Tierra’. Ante esta contradicción, es importante que las autoridades nacionales conmemoren este 22 de abril prestando atención al verdadero significado del ‘Día de la Madre Tierra’ y creando conciencia sobre la importancia de cuidar el planeta y reconocer la interdependencia entre los seres humanos y la biodiversidad.

El autor es Economista y diplomático de carrera.