¿Qué es el “ser” y el “debe ser”? El ser y el deber ser están dentro del mundo del ser como intención de cosas u objetos, pero en una dimensión inmaterial: promesas, intenciones en la mente de las personas. Fuera de esta realidad del “ser”, que es estudiada por la Ontología, está otra realidad -pero material- que se denomina la del “deber ser”, que es estudiada por la Deontología y que se ocupa de determinar cómo debe ser o cómo se debe actuar; ejecutar -materialmente- esas intenciones (léase plan de gobierno, respeto por los derechos políticos y humanos; las leyes, CPE). Es decir, cómo se debe hacer la cosas pensadas -(léase, ofertadas)-, son dialécticas y no se las puede escindir caprichosamente.
El presidente resalta en su ser que ya “recuperamos el mar” y su deber ser politizó el mismo, conformó un equipo que no logró el objetivo (léase, acceso con soberanía). Dos disidentes de UN en su ser dicen que Carlos Mesa recibió algún pago por su trabajo como Vocero del mar y con su deber ser pretenden “perjudicar la candidatura de Mesa. EMA en su ser cree que distribuyendo los ingresos (bonos) entre los pobres, que tienden más al gasto que al ahorro, generarán mayor demanda y su deber ser espera que los empresarios realicen inversiones para que la economía crezca, ¡ingenuo!
Algún despistado en su “ser” aclara que Dios creó a Bolivia con acceso al mar y su “deber ser” espera que él nos devolverá el mar. AGL en su ser connota que los anteriores gobiernos (neoliberales) engañaban y en su deber ser afirma que iban a El Alto a matar a los papás de niños y jóvenes. En su ser cree que los yungueños están felices y su deber ser valida los autos chutos (léase, de contrabando) de los campesinos de Yungas, ¡es una barbaridad!
EMA en su ser pretende “tentar” a inversionistas en Dubái (Emiratos árabes), pero en su deber ser busca –igual que Goni Sánchez de Lozada- capitalizar, privatizar nuestros recursos naturales al mejor postor. En su ser piensa que los bolivianos estamos satisfechos con la salud, la democracia, con el populismo, la demagogia, la economía, etc., pero su deber ser exime el mandato del 21F2016 que pidió claramente: “ordenar la casa” del hastío de la corrupción, del abuso de poder, de las mentiras, del cinismo, del permanente y brutal avasallamiento a las libertades individuales.
Son 14 años en los que muchos bolivianos -deseducados- connotan una escisión entre su “ser” (léase, intenciones) inmaterial y su “deber ser” (material). Es decir, no complementan el qué con el cómo operar esas intenciones. Muchos adláteres del MAS subsumen su ser en mitos, creencias, imágenes y conceptos ancestrales, pero su deber ser decanta escándalos, oprobios, durante los 365 días del año. Por ejemplo, el ser indígena (léase, Conalcam) se decía “reserva moral”, pero su deber ser transfirió cerca de 700 millones de dólares del Fondioc a cuentas privadas de dirigentes campesinos.
En resumen, EMA y AGL sobrestiman su ser y devalúan su deber ser. Ahora hablan de una agenda 2030. Ello no es casual, durante 14 años sus conductas nunca fueran explicitadas, pero siempre están vigentes (léase, aunque improvisadas), ¿y así quieren ser reelectos? ¿Sobreponiendo lo inmaterial (deseos, intenciones) sobre lo material (realidad, resultados)? Políticamente enfajan la realidad a la teoría -similar al trotskismo-. Ahí está la negación del 21F2016, que exime la univocidad del “ser” y el “deber ser” crucial de todo gobernante.
El autor es Director del Centro de Investigación, Servicios Educativos y de Comunicación (CISEC).
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