Videovigilancia para brindar seguridad

Hace tiempo que las cámaras de videovigilancia ya no son un artículo de lujo o algo inalcanzable. Los actos delictivos en nuestro país aumentan, por lo que es necesario tomar medidas de precaución. La instalación de cámaras de seguridad proporciona, sin duda, una sensación de seguridad y tranquilidad.

Puede haber cámaras de video-vigilancia en calles, plazas, edificios públicos, bancos y también en casas particulares y comunidades. Pero no solo sirven para observar, el principal objetivo de la videovigilancia es proteger y brindar seguridad.

Las cámaras son testigos de lo que ocurre cuando nadie está en casa y la vivienda queda solitaria, por unas horas o más tiempo. En muchas ocasiones una cámara de vigilancia ayuda a esclarecer robos, atracos, delitos, asesinatos, la entrada de intrusos o comportamientos delictivos de las personas con las que compartimos edificio y vivienda.

Sobran las razones que justifican a la videovigilancia en viviendas y comunidades de vecinos o propietarios de garajes. Aquí hacemos eco de cuatro razones por las que instalar cámaras de seguridad en viviendas es de gran ayuda para la seguridad.

1. No se puede estar en dos lugares a la vez, pero sí se puede grabar lo que sucede en uno de los lugares, mientras están ausentes los habitantes. Las cámaras cuentan con almacenamiento que conserva las imágenes de lo que sucede en la vivienda o comunidad, cuando uno no está para comprobarlo.

2. La mera presencia de cámaras de videovigilancia en un establecimiento o vivienda obstaculiza la entrada de ladrones y es suficiente motivo para evitar que se comentan actos vandálicos, o un comportamiento no adecuado de personas.

3. Un sistema de grabación permite saber cómo se comporta la persona a la que confiamos el cuidado de hijos o mayores en nuestra propia vivienda. Lamentablemente, carecer de este testigo silencioso puede hacer que nos demos cuenta demasiado tarde de que algo va mal.

4. En las comunidades de vecinos y en las viviendas aisladas las cámaras de seguridad permiten conocer la identidad del que llama a la puerta, sin necesidad de abrir. Las cámaras son más sutiles con los videoporteros y funcionan permanentemente, o con sensores de movimiento, y no solo cuando se llama a la puerta.

Basta pensar en cuántas situaciones se puede evitar y resolver problemas gracias a grabaciones de sistemas de videovigilancia para comprender su importancia, no solo en locales de negocios, sino en casas particulares y comunidades.

Deben instalar cámaras de videovigilancia empresas autorizadas, que además se preocupen por el cumplimiento de los códigos de protección de datos de carácter personal y del correcto funcionamiento de los sistemas. No tiene por qué ocurrir algo malo, pero siempre es mejor prevenir.

La videovigilancia nos permite ver la imagen en directo de nuestra casa o negocio desde cualquier parte del mundo, a través de Internet, usando un ordenador, móvil o tableta.

Los sistemas de videovigilancia se componen, fundamentalmente, de un grabador digital, un disco duro donde guardar las grabaciones y las cámaras necesarias para vigilar el lugar deseado. El grabador se conecta a un router ADSL y nos permite ver la imagen de las cámaras desde cualquier lugar, sin importar lo lejos que estemos.

Al respecto, por ejemplo, se sabe que con el proyecto integrado de seguridad ciudadana BOL-110, mediante un crédito de China, de 105 millones de dólares, se pondrá en funcionamiento centenares de cámaras de seguridad que permitirán reconocimiento facial y verificación de placas de vehículos. Esas cámaras serán los ojos de la seguridad ciudadana.

También se hará el uso de drones, que sobrevolarán las ciudades, y se instalará alarmas, conocidas también como “botones de pánico”, en lugares estratégicos, para que los ciudadanos puedan alertar a la Policía ante cualquier hecho delictivo.

Ante este panorama de tecnología y seguridad podemos prever un futuro mucho más seguro para nuestras familias, pero lo más importante es que habrá ojos vivos (las videovigilancias) que serán el brazo especializado eficaz para hacer frente a la delincuencia, de manera oportuna y eficiente.