La inevitable expansión de la mancha urbana de la ciudad de La Paz provoca la pérdida de áreas boscosas, y en diez años -según los expertos - La Paz será una selva de cemento y urbanizaciones que aparecen al amparo del negocio de terrenos de los denominados loteadores.
Estas acciones de avasallamiento, rechazadas por la población, se registraron en el bosquecillo de Pura Pura, Achumani, Mallasa, Chicani, entre otras zonas boscosas. Además, la tala indiscriminada de árboles, continúan para dar paso a nuevas urbanizaciones como en la serranía Murillo en Alto Achachicala.