El dinero sucio, los autos de lujo, las mujeres, el poder y otras cosas como estas tientan a muchos ciudadanos, políticos en función de gobierno y jóvenes que se dejan llevar por estas tentaciones, y terminan involucrados en el crimen organizado, mundo al cual entran, pero del que nunca salen. “El narcotráfico es una industria ilegal mundial que consiste en el cultivo, elaboración, distribución y venta de drogas ilegales. Mientras que ciertas drogas son de venta y posesión legal, en la mayoría de las jurisdicciones internacionales la ley prohíbe la venta e incluso el ofrecimiento o posesión de algunos tipos de drogas”. El narcotráfico es, para algunos, la forma más simple de ganar dinero.
Es una guerra, creo yo, donde han muerto más inocentes que delincuentes mediante ejecuciones, enfrentamientos entre bandas rivales y agresiones a la autoridad. El narcotráfico en sí no era tan terrible hace muchos años, durante gobiernos del pasado, como lo es hoy. Antes se respetaba a mujeres y niños, y ahora disparan hasta acabar con la vida de a quienes buscan, sin importarles la muerte de inocentes.
Sin embargo, no es solamente el narcotráfico el gran problema, sino que se suma a éste la corrupción, en todos los niveles del manejo de la cosa pública. Así se va expandiendo, como se observa actualmente en Bolivia, en el propio gobierno.
El diputado Tomas Monasterios públicamente dice que en Bolivia se está constituyendo un narco Estado, explica la forma cómo el régimen actualmente enfrenta esta situación. “En los últimos meses, hemos venido denunciando escándalos de narcotráfico que vinculan a altas esferas del poder político, del movimiento oficial”. Hemos alertado, dice Monasterios, sobre casos de cantidades de drogas en el exterior que tienen relación con militantes del partido oficial, o de un familiar, o de parte de la cúpula del poder. “Hemos demostrado con mucha contundencia hechos y antecedentes que dejan claro que el partido de gobierno, más allá de ser una estructura política, pareciera ser un cártel del narcotráfico. Hemos venido sufriendo persecuciones judiciales por parte de una justicia arrodillada, que parece seguir consignas del Órgano Ejecutivo… he sufrido amenazas de muerte…”.
Según noticias de diversos medios de comunicación, sabemos que policías están seriamente involucrados en el narcotráfico y además cubren a los narcotraficantes a cambio de dinero. Incluso son estos corruptos los que terminan muchas veces con las vidas de inocentes, e incriminan a los ya conocidos narcos.
Vemos ahora que jóvenes se interesan en el narcotráfico por la necesidad de obtener dinero, y para ellos solo vale el lujo, la bonanza ligera, que es lo que ellos buscan. Lo que menos les interesa en ese momento es lo que tienen que hacer para conseguir el dinero, no se dan cuenta que una vez que han entrado en ese mundo, nunca podrán salir.
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