Qué es realmente el estrés?

Pocas personas tienen la capacidad de detectar a tiempo los estados de estrés, pues estos están relacionados con la disconformidad de la persona.

Los estados de estrés son estados de profunda incomodidad y de molestia interior, su característica principal es la extrema tensión inconsciente de la que no nos damos cuenta ni nos percatamos, porque, de alguna manera, ya estamos habituados a vivir en estados de estrés mental y corporal. Sin embargo, vivir con estrés excesivo es como vivir con el agua hasta el cuello, cualquier gota puede hacer que suba el nivel y nos puede dejar inmersos en el peligro de una asfixia mental o espiritual.

Vivir en estados de estrés es altamente peligroso, pues puede provocar problemas reales con el organismo y hasta podría provocar reacciones autodestructivas que pueden traer mucho dolor al corazón, no solo de la persona, sino de la familia entera.

Como nos ocupamos no solo de analizar el problema, sino de ofrecer soluciones, vamos directamente a la idea, porque lo que me interesa es que tú, querido lector o querida lectora, tengan un conocimiento muy especial con el cual puedan reconocer y afrontar el estrés para disfrutar de su vida, su preciosa vida con un poder más con el cual consigan volver a su estado normal de positividad y de tranquilidad del alma.

Ahora vamos a la acción: Vamos a suponer que ya has detectado que estás en un estado de estrés, ahora lo que tienes que hacer es buscar un lugar donde recostarte para obtener la respuesta de relajación muscular profunda.

Una vez que ya tengas el lugar donde recostarte, procede a hacerlo y luego debes continuar con el acto de buscar un punto cualquiera en el techo y fijar tu vista y tu atención, evitando parpadear hasta que tus ojos se cansen.

Seguidamente, procede a cerrar los ojos pensando: “mi brazo derecho está pesado”. Repite varias veces esta sugestión -en cada exhalación- hasta que vayas notando cómo tu cuerpo va soltando todas las tensiones de las cuales apenas te dabas cuenta en conciencia.

Una vez que hayas logrado tu primer nivel de relajación, ve ingresando en el segundo nivel y hazlo pensando: “Paz en mi mente; paz en mi corazón; paz en mi vida”. Repite de forma rítmica y monótona esta nueva sugestión.

Una vez que ya hayas logrado la experiencia de sentirte “inmerso en tu propia mente” ingresarás en un sueño profundo y positivo concentrando tu atención en el sonido monótono de tu respiración. Cuando menos lo pienses, te habrás relajado por completo y dormido. Cuando salgas de ese sueño de trance o simplemente de tu estado de relajación mental y corporal, notarás que el estrés ha desaparecido o cuando menos ha disminuido notablemente. De esta manera conseguirás volver a tu estado normal de positividad.