Ecuador
Quito.- El Ministerio ecuatoriano de Turismo recomendó ayer no acercarse a las inmediaciones del volcán Sangay luego de que el Instituto Geofísico advirtiera de la ocurrencia de un nuevo pulso eruptivo en el coloso.
La recomendación a los visitantes de no acercarse a las inmediaciones de esta elevación y no ascender al cráter y/o flancos en la zona alta del volcán, busca “precautelar la integridad de los turistas que visitan la provincia de Morona Santiago, en la Amazonía”, anotó en un comunicado.
El Ministerio de Turismo recordó que está preparado para atender cualquier eventualidad en caso de alguna emergencia relacionada con este hecho, en coordinación con las demás instituciones del Ejecutivo.
Y por ello, formuló un llamamiento a los operadores turísticos y a los turistas para que permanezcan atentos a las instrucciones y recomendaciones que imparta la autoridad competente.
Y abundó en recomendaciones que deberán tomar en cuenta los turistas en caso de una eventualidad eruptiva, con la finalidad de que su estancia en Ecuador “sea totalmente placentera y segura”.
Entre esas recomendaciones figuran prestar atención a la información que será entregada por las autoridades oficiales a cargo de manejar la crisis y seguir en lo posible sus recomendaciones.
Además, ante la caída de ceniza, utilizar mascarilla y gafas de protección. Asimismo, utilizar ropa que cubra la mayor parte del cuerpo.
El pasado viernes, el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional advirtió de un nuevo pulso eruptivo en el volcán Sangay (sureste) y ya entonces recomendó a los turistas evitar ascensos a la montaña de 5.230 metros sobre el nivel del mar.
La actividad del viernes en el Sangay (ubicado en la provincia amazónica de Morona Santiago, en la llamada Cordillera Real, un ramal de los Andes ecuatorianos) se detectó a través de datos de las redes de vigilancia por satélite y por la presencia de dos señales sismoacústicas que podrían corresponder a actividad explosiva, precisó el IG en un informe especial.
“Como ha ocurrido en otras ocasiones, esta actividad podría ser el inicio de una nueva fase eruptiva, como ocurrió a partir de marzo de 2018”, agregó el Instituto.
Un episodio similar ocurrió el pasado 26 de marzo, cuando el Instituto Geofísico advirtió de una actividad explosiva menor que no prosperó.
La última fase eruptiva del coloso tuvo una duración de 4 meses, entre el 8 de agosto y el 7 de diciembre del año pasado y se caracterizó por la emisión de columnas de ceniza de hasta 2,5 kilómetros sobre el nivel del cráter, que incluso provocó una pequeña caída de ese material en la ciudad portuaria de Guayaquil (suroeste) el 18 de septiembre. (EFE)
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