Desde los inicios de los 14 años de este amargo trayecto de la seudo democracia, el gobierno fue consolidando el control del poder total, estableciendo como uno de sus objetivos la destrucción de toda la institucionalidad nacional: Tribunal Constitucional Plurinacional, Tribunal Supremo Electoral, Defensoría del Pueblo, Justicia, FFAA, y Policía. Ésta última casi llegó a devastar su integridad institucional, víctima del nefasto manoseo ilegal e inconstitucional, por parte del presidente y ministro, que dieron lugar a la cómplice picardía servil de algunos policías entregados al masismo, creando un ambiente propicio de corrupción y envilecimiento, sumado el ciego acatamiento ideologizado de sus superiores, complacientes al capricho político.
Esta crisis moral ha ocasionado una natural reacción, airada y de profunda indignación en los buenos policías, que escudriñan algún instrumento eficaz que sea capaz de romper el maldito sometimiento y dependencia política.
Los militares deben tomar en cuenta este ejemplo destructor y hacer lo posible para no caer en esa astenia que doblega la fuerza moral. Por esto, revisando la Ley Orgánica, se debe enfocar hasta dónde llegaron los límites de mando, de aquellos generales que rifaron a la institución y la llevaron a la deshonra. Existe un poderoso antídoto, que permite que sobreviva el honor, la dignidad y el valor militar. Es hora de apreciar el futuro renovador, precautelando la integridad institucional, fuera de la perniciosa influencia de la dependencia política.
No se respetó la soberanía del pueblo, que tanto desprecia y ofende (si algún país observa con preocupación los desmanes de este gobierno, cínicamente defienden la soberanía que ellos mismos pisotean), otorgan hegemonías de poder parcial a determinadas “agrupaciones sociales”, permitiendo el latrocinio. No existe un órgano de fiscalización, lo que abre las puertas al disoluto y desenfrenado afán delictivo y corrupción ideologizada, un descarado encubrimiento y complicidad de delitos, una demagogia de escarnio y exabruptos, engaños y mentiras.
El pésimo ejemplo de los mandatarios y algunas autoridades políticas, carentes de ética y moral, sin principios y valores, ha impactado la psicología social del pueblo, el masismo se esfuerza por destruir la democracia, vulnerar la Constitución, la ley, el orden y disciplina pública. Hay mucha improvisación, políticas y medidas nada transparentes, se hace que sean funcionales todas las instituciones sometidas a sus caprichos.
Se habla de crecimiento económico cuando no hay bienestar de las personas, cuando se observa ausencia de progreso y desarrollo (salud, educación, trabajo, desarrollo humano). Cuántos contratos millonarios directos hay (que digan los chinos sobre sobornos y coimas), aumenta la pobreza y la miseria, y no hay tal disminución, las estadísticas las armoniza el INE bajo el interés del gobierno, con datos transmitidos engañosamente a las organizaciones internacionales. Reina la inseguridad, el crimen y la delincuencia, hay descenso de valores, educación y respeto, falta el sentimiento de pertenencia.
No existe un aparato productivo, menos soberanía, el contrabando es protegido, no hay fuentes de trabajo, menos incentivos para profesionales, sin embargo por lo electoral se eleva el nivel salarial. El Chapare, reducto de la cocaína, es Estado sin ley, protegido y cubierto celosamente, en especial Chimoré, donde no hace mucho volaron aviones venezolanos a altas horas de la noche, “llevaban flores”. Finalmente, pensando en la cantidad de coca excedentaria, la pregunta es: ¿a quién se la vende?, desde luego a los traficantes, que además hacen su agosto. Si Almagro se deja alucinar con el gran camuflaje que le presentará Evo y busca apoyo con voto en la OEA, seguro que avalará al chuto candidato. No confiamos en la honestidad de ese caballero, el mundo está así lleno de pícaros.
Medina confesó haber sido abogado y dilecto amigo de Morales, con luz verde para movilizarse, seguramente con algunos “encargos”. Integrante de una red enorme instalada en la policía y gobierno, mostrará la existencia de más complicados. Ahora en el caso de la Policía, el presidente y el ministro son las únicas personas que disponen los destinos. Medina estuvo cuatro años en el mismo destino, el ministro indica que fue destino político, que se entiende que el gobierno está metido en todo este menjunje, cómo y por donde se vea. Estos dos caballeros deben ser convocados al Ministerio Público, así se abriría la caja de pandora. El presidente con uno más de los delitos que lo llevará a un juicio de responsabilidades. Por ahora sabemos cómo se mueve y maneja la Justicia, ninguna investigación prosperaría con tanto servil y abyecto de turno.
Respecto a la fotografía de Evo y el narco, pretexto que la foto nada dice, aduce “uno no sabe, la gente se apega el momento de la foto y no se puede investigar y saber quién es”, pero tratándose de opositores, muchas veces fueron utilizadas las fotografías inopinadas, como pruebas o delito, hay mucha incoherencia en las declaraciones, sus asesores se equivocan en las respuestas preparadas. Dios salve a este país.
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