Fracaso con Unasur

Cuando estaban en su apogeo Cuba, Venezuela y otros países del socialismo latinoamericano, como Bolivia y Nicaragua, que se califican como de izquierda democrática, estaban de plácemes, porque por primera vez habían coincidido gobiernos de izquierda para aglutinarse en un bloque, entre los cuales estaba Uruguay, país que intenta liderar Sudamérica, poniendo al frente su línea política. Pero muchos de esos gobiernos no estaban de acuerdo con el enfrentamiento que había entre Cuba y EEUU.

Unasur, organismo formado con buenos auspicios, empezó a sentir el fraccionamiento de la izquierda latinoamericana, sin que hubiera postulados que la aglutinen. Así poco a poco se fue debilitando su accionar político y comenzó a desunir a países como Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Colombia, Paraguay y Perú. Todo ello causó desmoronamiento, como de un castillo de naipes. Hay que tomar en cuenta que Ecuador es depositario del Tratado Constitutivo de Unasur, por lo tanto los trámites diplomáticos se hacen por esa vía. Recordemos que el origen político de Unasur tiene que ver con gestiones de Hugo Chávez de Venezuela en el año 2008, apoyado por Inácio Lula da Silva del Brasil.

Después del derrumbe de Unasur se fundó Prosur, organismo con otra tendencia y que tiene el auspicio del presidente chileno Sebastián Piñera, apoyado por el presidente argentino Mauricio Macri. En cuanto a Bolivia, está aún alineado con los países que formaban Unasur, siendo la política del Presidente boliviano de tendencia izquierdista. Por otro lado, los contactos del Presidente boliviano con Cuba y Venezuela son constantes.

La adhesión a estos postulados fue tan profunda, que el gobierno nacional tuvo la iniciativa de organizar un evento para reunir en Cochabamba al grupo de Unasur y apoyar la unión de grupos socialistas. Se trataba de ayudar a los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Todo ello implicaba aporte de fondos económicos para construir la sede de Unasur en Cochabamba, que ahora queda sin uso.

Es un fracaso para el Gobierno, porque esos fondos podían servir más bien para mejorar el servicio hospitalario, para beneficio de la población de escasos recursos.

Ahora la ciudadanía se pregunta por qué Bolivia está alineada con el bloque socialista. Y es que aproximadamente un 30% de la población tiene militancia política y el resto es de ciudadanos independientes, es decir la mayoría. Este sector vota por diferentes partidos políticos y realmente diferencia las necesidades del pueblo, por lo que es definitoria su preferencia para los resultados electorales.

Considerando que los partidos políticos tradicionales tuvieron su oportunidad de gobernar, con diferentes sistemas de gobierno y sus resultados no colmaron las expectativas de la mayoría de la población, se necesita nuevas opciones que tiendan a elevar el nivel de vida de los bolivianos. La alineación actual del gobierno en el bloque izquierdista tendrá forzosamente que definirse con las elecciones generales de octubre. El pueblo decidirá con su voto la posición política de Bolivia, para saber si estamos con la democracia o con el comunismo.

La iglesia Católica, defensora de las libertades democráticas y que apoya a los sectores populares, es decisiva para la continuidad o no de lo que significa libertad y democracia, frente al ateísmo.

El autor es profesor emérito de la UMSA.