Carlos Puebla: La OEA es cosa de risa

En las épocas de mayores dificultades y cuando los embates internacionales se constituían en los peores enemigos del pueblo cubano, se puede decir que la música de “Carlos Puebla y sus Tradicionales” llevaba solaz a la ciudadanía de ese país caribeño. El nombre completo de este juglar de las épocas modernas es Carlos Manuel Puebla Concha, habiendo nacido en un hogar muy humilde en el año 1917. Falleció en 1989. Este cantautor fue conocido como “el cantor de la revolución”, ya que con su música difundió, dicen, los valores de la insurgencia cubana. Desde su niñez trabajó como carpintero, zapatero, mecánico y obrero azucarero. Cantaba sin miedo a la represión gubernamental de entonces, antes del advenimiento del nuevo régimen castrista, denunciando la difícil situación por la que atravesaban las clases desposeídas y el pueblo en general en Cuba.

Compuso muchísimas canciones de hondo contenido social, político, y defensa de la revolución, y entre ellas “Hasta siempre comandante”... Sin lugar a dudas se puede afirmar que cientos de millares de personas se han deleitado con sus composiciones. Por ese entonces, me agradaba escuchar “La OEA es cosa de risa”. Y a propósito de que hoy se habla mucho de esta entidad internacional en nuestro país, recuerdo la letra de dicha obra. Dice: “Pregunto yo en mi canción, al que grita y patalea, caballero de la OEA, qué pasó con la reunión. Cómo no me voy a reír de la OEA, si es una cosa tan fea, tan fea que causa risa. Jajajajajajaja. Yo estoy acá en mi rincón, preguntándome hace rato, cómo es posible que al gato, le meta miedo el ratón. Cómo no me voy a reír de la OEA, si es una cosa tan fea, tan fea que causa risa. Jajajajajajaja. Con ese ir y venir, me tiene como si nada, perdone la carcajada, pero usted me hace reír. Cómo no me voy a reír de la OEA, si es una cosa tan fea, tan fea que causa risa. Jajajajajajaja. No es miedo el que usted me da, con su OEA y sus pamplinas, porque yo de las gallinas, me estoy riendo por acá. Cómo no me voy a reír de la OEA, si es una cosa tan fea, tan fea que causa risa. Jajajajajajaja”.

Muchos piensan que las instituciones internacionales van perdiendo el enorme prestigio que tenían en el mundo, quizá por los desaciertos de algunos de sus miembros, o porque lamentablemente en un planeta tan cambiante cada vez y con mayores necesidades y retos por la creciente población global con sus mil y una necesidades, su accionar no siempre es de los más adecuados para encarar y atender las exigencias que se requiere en todos los continentes. Cierto es que los tiempos cambian, e indudablemente las personas también, y por ello queda comprobado una vez más que el hombre es imperfecto, y hasta inconcluso, ante lo cual obviamente nadie es poseedor de la verdad y la razón, correspondiendo esto solamente a un Ser Superior.

No es necesario ser duros con los entes internacionales que, al final, están integrados por personas que también son seres de carne y hueso como todos, y por ende sujetos a los desvaríos y razonamientos, así como a los aciertos y desaciertos.