Evaluación del desempeño policial

A pesar de lo anterior, hay opiniones sobre que algunos policías acuden sólo ocasionalmente con prontitud al llamado de la ciudadanía y responden con desgano a este requerimiento. Otros piensan que las cosas son diferentes, que la eficiencia ha mejorado principalmente en número, frecuencia y efectividad de los operativos, y en la lucha tanto al delincuente común como al crimen organizado… Algo importante a destacar es que el ciudadano se cree protegido si siente la presencia policial en puntos estratégicos de la ciudad o la población.

La situación se vuelve más compleja si consideramos la variedad de la delincuencia en las diversas regiones del país; así, mientras en una de ellas el principal delito puede ser el robo y el asalto, en otras puede ser el secuestro, o el homicidio. Esto implica que una política de seguridad debe contar con estrategias específicas para las diferentes regiones y para los diferentes estratos delictivos y, en función de ello, redistribuir los recursos e introducir modificaciones importantes en el perfil de policía que se requiere para cada uno de ellos, lo que a su vez supone cambios sustanciales en la educación y capacitación policiales.

Numerosos ciudadanos opinan negativamente sobre el desempeño profesional del policía, ya que piensan que la educación, la preparación y el entrenamiento deberían ser elementos integrales en un verdadero policía. La educación conduce a prestar un mejor servicio al llamado del ciudadano, al que muchas veces los policías no tratan con el respeto pertinente o no atienden su requerimiento. Por otra parte, la debida preparación académica y su respectivo entrenamiento hacen que el policía se profesionalice en niveles suficientes para enfrentar con capacidad y eficiencia al delincuente, reduciendo así, el número de casos que quedan sin respuesta que satisfaga al ciudadano afectado. Actualmente el policía carece de todo ello o lo tiene en condiciones precarias, lo que lo inclina fácilmente al soborno y a la realización de actos delictivos.

Otro sector poblacional piensa muy reservadamente del profesionalismo policial, ya que considera que en muy pocas ocasiones el ciudadano se encuentra con un policía honesto, con suficiente ética que lo desligue del delincuente y que, además, posea don de servicio y demuestre prontitud y agilidad en atender el llamado ciudadano. No obstante, un reducido grupo de individuos piensa lo contrario. En una encuesta hubo las siguientes respuestas para la pregunta: ¿Cree que el desempeño policial es profesional? La tendencia señalada fue la siguiente: Desfavorable 49.12%, a veces, 38.60% y favorable, 12.28%.

De lo expresado se puede extraer dos señalamientos muy importantes: Uno de ellos es que un grupo de aspectos apunta a la capacidad institucional de la Policía, como son nivel académico, conocimientos y recursos presupuestarios y humanos. El otro señalamiento apunta a características de los policías en su desempeño y en su contacto con la ciudadanía, referidas a eficiencia, honestidad y trato con el público.

Ambos señalamientos están relacionados con la percepción ciudadana de la eficiencia policial, pero mientras uno de ellos apunta a cuestiones inherentes a la institucionalidad, relacionadas con la concepción integral que se debe tener del tipo de policía que necesita el país ante su actual nivel de criminalidad y con los recursos derivados de la limitada asignación presupuestaria por parte del gobierno central, el otro se relaciona con la imagen que los policías transmiten a la ciudadanía con su desempeño cotidiano.