El caso del deslizamiento de viviendas en un barrio de la zona de Llojeta, que ha conmovido a todo el país, ha despertado la solidaridad y sentimientos de apoyo de instituciones y personas que han acudido en auxilio de los damnificados; el problema es de magnitud porque “el deslizamiento dejó un saldo de ocho hectáreas dañadas, 66 viviendas afectadas y 166 familias damnificadas”, aunque, por las dificultades del terreno y el hecho de haber muchos escombros, aún hay muchas pérdidas que no han sido identificadas; pero el sufrimiento de los familiares no tiene límites porque lo han perdido todo.
Tanto el gobierno como la Alcaldía Municipal anunciaron la provisión de viviendas a varias familias; entretanto, campamentos instalados expresamente alojan a una mayoría de las víctimas del siniestro y esperan que para sus casos sean encontradas las soluciones que resultarán, de todos modos, simples paliativos, porque son incalculables las pérdidas de bienes y enseres logrados en toda su vida. Pese a los esfuerzos, faltan carpas, baños y medios de sobrevivencia para una mayoría que se mantiene esperanzada en que puedan recibir departamentos o viviendas conforme al número de familiares.
Verificadas las cifras, al martes 7 de mayo, se establece que son 166 las familias que esperan soluciones para su drama; fueron entregados pocos departamentos en la región de Mecapaca y según expresiones del alcalde municipal, se está haciendo las respectivas evaluaciones para cubrir en lo posible a una mayoría que espera remedios a su caso, que es complejo y difícil de encarar. Lo grave de esta situación es que es preciso evaluar a quienes conforman familias de muchos miembros, a los que tenían contratos anticréticos y a otros que viven en habitaciones o departamentos alquilados.
Uno de los problemas de carácter legal es que muchos de los propietarios no cuentan con la documentación legal y menos con las autorizaciones técnicas municipales que permitieron la construcción; hay casos en que han construido sin criterio ni autorización alguna; muchos que con autorización para uno o dos pisos aumentaron dos o tres pisos más; en otros términos, según técnicos municipales, arbitrariedades cometidas se convierten ahora en dramas difíciles de solucionar; pero, no obstante ello, el alcalde indicó que se hará los mayores esfuerzos para remediar hasta las situaciones más complicadas, aunque para ello se precisa tiempo y trabajo muy minucioso.
Por supuesto, como siempre ocurre ante desgracias que afectan a barrios o conglomerados de habitantes, no faltan personas sin escrúpulos que quieren apoderarse de lo ajeno; tampoco estarían ausentes loteadores que querrían hacerse de lo que no les pertenece. En todo caso, en la mayoría de los damnificados hay conciencia de lo perdido y de lo difícil y hasta imposible de recuperarlo todo y estoicamente sufren su desgracia, tan solo incrementando sus esperanzas.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |